Se trata de Francisco Buchara, quien junto a Fernando Isa Pavía y Juan Soria crearon un “fondo de originación” destinado a favorecer la co-creación entre científicos y emprendedores, de productos y servicios innovadores de impacto global. Los interesados pueden aplicar ingresando en www.sf500.com.ar/postulate y completar el formulario.
De la redacción de EL NORTE
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Hasta hace poco, la biotecnología constituía un campo poco estudiado por los propios límites de la humanidad según opinan los expertos. No obstante, el paso del tiempo favoreció en una mayor accesibilidad y evolución que puede compararse con la forma en que lo hizo la tecnología. De hecho, fue en pleno contexto pandémico 2020 cuando el punto de encuentro entre la biología y la tecnología, cobró un gran protagonismo a nivel mundial. La industria biofarmacéutica se puso al hombro la producción de tratamientos que lograron poner un freno a la propagación del Coronavirus.
En diálogo con EL NORTE, el empresario nicoleño Francisco Buchara manifestó cómo esta disciplina podría ser capaz de brindar soluciones a los recurrentes problemas de la sociedad. Entre estas medidas, brindar mejoras en la calidad de los alimentos, intervenir en la longevidad de las personas, desarrollar cultivos que soporten sequías y cambios climáticos, interesarse en la limpieza de los ríos e incluso superar futuras pandemias.
SF500
Buchara junto a Fernando Isa Pavía y Juan Soria crearon SF500, “un fondo de originación”, señaló el nicoleño y explicó que “hay un montón de ciencia en el país y mucha de esa ciencia queda en el laboratorio, en un papel, y hay un montón de valor en esa ciencia que podría estar en las personas”.
El propósito de esta iniciativa es favorecer la co-creación entre científicos y emprendedores de productos y servicios innovadores de impacto global. Para ello, tiene como principales inversores a Bioceres S.A y a la provincia de Santa Fe, desde el sector público. Con sus aportes, construyeron un fondo de inversión de 300 millones de dólares, orientados a las ciencias de la vida y a apoyar equipos de investigación que deseen generar un impacto en el mundo con su ciencia.
A diferencia de una empresa tradicional donde los interesados se acercan a una entidad bancaria con el fin de solicitar un crédito que sustente los gastos, el modelo de ‘startups’ busca un socio-inversor que facilite el dinero a cambio de una cantidad de acciones en la futura compañía. “Si va bien y funciona resolviendo los problemas del mundo, todos ganamos. Y si va mal, el emprendedor no se endeuda porque no está comprometido su patrimonio. Son los inversores quienes pierden dinero, es parte del riesgo que las industrias de capital están dispuestas a asumir”, explicó Buchara.
El pasado 15 de marzo, SF500 cumplió su primer aniversario de fundación y en ese año recibieron más de 300 proyectos. De los cuales fueron aprobados 17 por el comité de inversión para su acompañamiento y desarrollo.
Startups
“Lo que se viene son startups que puedan dialogar con la vida, es decir, que puedan entender cómo funcionan por ejemplo, los hongos. A los cuales se les pueda dar órdenes para que invadan una planta pero no para matarla, sino para defenderla de las amenazas de la naturaleza. O que se pueda dialogar con un péptido, que es una mini-proteína, para que realice determinado proceso en el organismo humano y se desarrolle una medicina de precisión para casos particulares”, indicó el empresario.
En este sentido, agregó que para realizar este tipo de soluciones que detentan un carácter “a largo plazo”, se requiere de un complejo desarrollo donde intervienen diferentes aristas. Entre ellas, pasar por organismos de control como puede ser la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).
Con el objetivo de crear 500 startups -compañías nuevas argentinas basadas en la biotecnología- Buchara se encuentra recorriendo todo el país: “Los interesados aplican, los evaluamos y si están en el momento para ser convertidos en una startup los invitamos a un programa, donde transformamos a ese equipo de investigación en un equipo emprendedor”, detalló. Por otro lado, el empresario contó que también hacen falta vocaciones de managers que quieran acompañar a estos grupos de investigación en otra parte que ellos no saben, como finanzas, negociaciones, mercado.
Emprender
Consultado sobre los riesgos que pueden recaer sobre los interesados, el empresario dijo: “Emprender no es fácil, cuando uno se pone estos desafíos estás en un proceso de decisión constante. Siempre digo que es necesario crear muchas oportunidades al mismo tiempo que permitan conocer las diferentes opciones. Hay que pensar en grande, siempre hay tiempo para bajar”.
Para comprender mejor el estado en que se encuentra la biotecnología actualmente, Buchara realizó una simple comparación entre la biotecnología y el origen de una empresa multinacional argentina. “Es como si ahora estuviéramos en 1999 y un tal Marcos Galperin dice que vamos a pedir cosas por medio de nuestros celulares desde la comodidad de nuestras casas y nos parece una completa locura (haciendo referencia a Mercado Libre). A nivel biotecnológico estamos en ese mismo momento, en 1999”.
Los interesados en asociarse a SF500 para transformar su proyecto de investigación, pueden ingresar al sitio web www.sf500.com.ar/postulate y completar el formulario solicitado.