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jueves, noviembre 14, 2024
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Último espectáculo astronómico del año: se viene la lluvia de meteoros Táuridas

Este fenómeno astronómico, que involucra a los meteoros, se caracteriza por una lluvia de bolas de fuego y tiene una duración de seis noches.

Hasta el próximo martes 12 de noviembre, la lluvia de meteoros Táuridas se dejará observar en el cielo, siendo este el último evento astronómico que se podrá ver en 2024 de estas características.

La lluvia de meteoros Táuridas se caracteriza por ser una lluvia de “bolas de fuego” y destellos de múltiples colores que iluminarán el cielo de noche con imponentes juego de luces naturales. El fenómeno comenzó el martes 5 de noviembre y se extenderá hasta el 12 del corriente mes.

Será el último evento del año y tendrá cautiva de su atención a la población que ya tuvo hace poco el “Anillo de Fuego” como uno de los más espectaculares eventos astronómicos del año. Ahora, el origen del Táuridas proviene de los restos del cometa 2P/Encke, que dejarán ver sus restos de escombros brindando así un espectáculo único en el cielo.

Origen, días y cómo se podrán ver el evento astronómico de la lluvia de meteoritos Táuridas

Como consecuencia del paso del cometa Encke cada año sus partículas cruzan la órbita de la Tierra dejando a los humanos atónitos por el inmenso espectáculo astronómico que dejan al pasar. Otro dato importante a tener presente es que, en relación a otras lluvias, esta se divide en las lluvias del Táuridas del norte y en las lluvias del Táuridas del sur.

Gracias a su pasividad en el tránsito, las Táuridas se dejarán ver en el cielo con muchas luces naturales que provoca su estadía por la órbita terrestre por un tiempo considerable, pudiéndose ver entre 8 y 12 meteoros cada 60 minutos. Los horarios de mayor visibilidad son horas antes y después de la medianoche y antes del amanecer.

Las partículas pueden aparecer en cualquier hora de la noche y para ello, los expertos recomiendan observar el cielo en dirección hacia la constelación de Tauro la cual se eleva en el cielo oriental después de la puesta del sol, para poder divisar bien las bolas de fuego provenientes de partículas más grandes y pesadas de los escombros que dejó el cometa Encke.