Donald Trump sugirió cambiar el nombre del Golfo de México para reflejar “el liderazgo estadounidense en la región”. La propuesta generó tanto apoyo entre sus seguidores como críticas por su viabilidad y posibles tensiones diplomáticas.
El expresidente Donald Trump volvió a generar polémica tras anunciar que, de regresar a la Casa Blanca, impulsará un cambio en el nombre del Golfo de México, rebautizándolo como “Golfo de América”. Durante un mitin reciente, el líder republicano justificó su propuesta argumentando que dicho cambio reflejaría “el liderazgo de Estados Unidos en la región”.
Trump explicó que el nombre actual no reconoce, según él, el papel central de Estados Unidos en la economía y la seguridad del golfo, destacando la importancia de la región para la industria energética del país. “México no tiene la exclusiva sobre estas aguas. Es tiempo de que lo llamemos como lo que realmente es: el Golfo de América”, afirmó.
La propuesta no tardó en desatar reacciones encontradas. Mientras sus seguidores aplaudieron la idea, calificándola como una muestra de orgullo nacional, críticos la consideraron una distracción de temas más urgentes y una medida potencialmente conflictiva con México y otros países de la región.
Analistas señalan que un cambio de este tipo sería sumamente complejo, ya que el nombre del Golfo de México está profundamente arraigado en la historia y geografía, además de ser reconocido oficialmente por organismos internacionales. Sin embargo, Trump parece dispuesto a llevar adelante su propuesta como parte de su estrategia política de cara a las próximas elecciones.
El exmandatario no ofreció detalles sobre cómo llevaría a cabo el cambio de nombre ni si buscaría la aprobación de aliados regionales o de organismos internacionales. Por ahora, la iniciativa parece ser más una declaración política que un plan concreto, pero ha servido para mantener a Trump en el centro del debate público.