Las cinco primeras audiencias del juicio contra el acusado de triple homicidio de su familia tuvieron como protagonista a la parte acusadora, y complica la situación del imputado. Se centró en los momentos previos a las muertes de Germán, Luz Ailén y Teresita tratando de establecer un hilo conductor que abone la teoría del triple homicidio, cuyo único móvil sería la codicia.
De la redacción de EL NORTE
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Sin lugar a dudas los jueces Cristian Ramos, Laura Fernández y Belén Ocariz tienen a su cargo resolver uno de los casos más enigmáticos y complejos de la historia de los tribunales nicoleños. Establecer si tres personas fueron asesinadas o si murieron por causas naturales o accidentales y si, de haber sido víctimas de un accionar intencional, puede probarse que el autor de los crímenes fue el acusado Pablo Damián Grottini. Las sospechas de que los decesos fueron intencionalmente provocados por el hombre que aguarda sentencia, y que tenía con cada uno de ellos un lazo parental tan estrecho, eriza la piel hasta del más inconmovible de los mortales. Las dificultades para establecer cómo murieron pueden llevar a sentenciar a un inocente o a dejar en libertad a un triple homicida. ¿Se trata de un temible asesino serial, que reúne las cualidades negativas de fratricida, filicida y matricida que terminó con las vidas de tres integrantes de su familia de manera fría, calculada y perversa, o están ante la víctima de una terrible sucesión de azarosas fatalidades?
Damián Grottini está preso desde el 26 de abril de 2022 en la Unidad Penal Nº 3 y está siendo juzgado en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 por las muertes de su hermano Germán, ocurrida en 2019, de su hija Luz Ailén, en 2021, y de su madre teresita Di Martino, en 2022. Las sospechas giran en torno a que pudo haberles administrado algún fármaco para inducir a un estado confusional de descompensación para lograr que los internaran y luego a través de la manipulación de sus sueros insuflarles aire para matarlos. Durante el comienzo de la investigación, el secuestro en la casa del imputado de dispositivos informáticos complicó su situación. Una tablets y un teléfono celular mostrarían historiales de búsqueda acerca de cómo matar con suero, el tiempo que demora una persona en morir bajo determinadas circunstancias, entre otras indagaciones, para encontrar diferentes maneras de provocar la muerte. Por ello, decidieron imputarlo por triple homicidio agravado por el vínculo.
El juicio
El juicio comenzó el pasado lunes, se extendió toda la semana y el tribunal ordenó que la audiencia pasase a cuarto intermedio hasta el próximo martes. Hasta el momento declararon alrededor de cuarenta testigos, alrededor de la mitad de los testimonios propuestos, por lo que la fecha de final de juicio es incierta, pero promete prolongarse al menos una semana más. La mayoría de las personas citadas a declarar pertenecen al personal de salud del Hospital San Felipe donde murieron Teresita y Luz Ailén y de la Clínica San Nicolás donde falleció Germán, buscando determinar cuáles pudieron ser las causas de los decesos. De las dos últimas muertes no hay pruebas físicas debido a que el cuerpo de Germán fue cremado y el estado por el paso del tiempo de los restos de Luz Ailén no permitieron establecerlas. Todos los testimonios coincidieron en las circunstancias extrañas en las que se produjeron las muertes, remarcaron que nada hacía prever en los tres casos el desenlace fatal, las extrañas actitudes de Grottini durante las internaciones y la particular coloración azulada de los cuerpos desde el tórax hacia arriba que suele ser particular de las muertes por asfixia no mecánica y que se conoce como “síndrome del buzo”. También todos los profesionales fueron coincidentes en haber propuesto la realización de autopsias en momentos inmediatamente posteriores a las muertes a las que Grottini o su madre no accedieron.
Los temas principales giraron alrededor del posible móvil económico tras las extrañas muertes. La codicia es la principal hipótesis fiscal, y sobre ese punto versaron muchos de los cuestionamientos. Un seguro de vida, una casa, dos autos, una lancha, entre otras pertenencias, podrían ser el motivo del presunto triple crimen. La fiscal Belén Baños dirige el foco de los últimos interrogatorios especialmente a los bienes de Germán Grottini y a su destino luego de su muerte. Un seguro de vida anexo a un seguro automotor, una importante edificación de dos plantas en construcción, la existencia de algunas acciones, un utilitario Renault Kangoo, una lancha, un cuatriciclo y una camioneta Chevrolet Trackner, entre otras pertenencias menores, constituirían el patrimonio de Germán Grottini que su madre heredó. Conforme a las declaraciones, varios de esos bienes fueron vendidos al poco tiempo del deceso.
Particularidades
Las particularidades más salientes en cuanto a los testimonios sobre su personalidad lo describen como a alguien muy católico, monaguillo de la iglesia del pueblo, buena persona y con una particular atracción por la muerte. Aunque tenía un buen empleo como administrador de una estación de servicios, por lo que habría recibido una buena paga, soñaba con ser funebrero. Relataron que insistió muchas veces pidiendo trabajo en la empresa fúnebre, incluso ofreciéndose sin sueldo hasta que probaran sus capacidades. Durante el allanamiento efectuado en su casa, dentro del ropero los investigadores encontraron una suerte de altar con imágenes religiosas.
El juicio seguirá a partir del próximo martes y se aguarda con gran expectativa que comiencen los testimonios propuestos por la defensa (hasta ahora solo se presentaron testigos de la acusación), que tiene a su cargo la maratónica tarea de desarticular la gravísima hipótesis de la acusación.