Los miembros de la delegación de Boca llegaron a la comisaria de Belo Horizonte a las 00:15 de este miércoles, y recién pudieron irse a las 12:10 luego de las declaraciones que parecían volverse interminables y de la instrumentación de la fianza que se les trabó.
Sumado a la sensación del saqueo, a la tristeza por la eliminación en la Copa Libertadores y al estrés por los incidentes posteriores al partido, los jugadores pasaron más de 12 horas adentro de un colectivo, con precarias condiciones de descanso y recuperación, para no romper la burbuja sanitaria.
Los imputados se dividen en grupos de acuerdo a la carátula de la acusación: a Carlos Zambrano, Diego González, Marcos Rojo y Raúl Cascini se les aplicó una causa por agresión y a Sebastián Villa, Cristian Pavón y Norberto Briasco por daños al patrimonio.
Las declaraciones testimoniales fueron realizadas desde arriba del micro oficial de la delegación para no romper la burbuja y, así, evitar tener que hacer una cuarentena obligatoria de siete días, tal como indica una medida del ministerio de Salud de la Nación.
La justicia de Brasil le cursó una multa que ronda los 9 mil reales (alrededor de 1800 dólares) a cada uno de los imputados.