El temporal que afectó a distritos del interior bonaerense y, después al sur del Conurbano, La Plata y CABA se desplazó hacia el norte y perdió fuerza en la provincia de Buenos Aires, donde la mayoría de los distritos bajaron el nivel de alerta de amarillo a rojo hacia las 21, mientras que se prevé un jueves con buen clima –pero más frío- en la mayoría del territorio bonaerense.
El fenómeno meteorológico dejó de todos modos graves consecuencias tras su paso: unas 800 personas debieron ser evacuadas en el sur del Conurbano y La Plata donde se desbordaron arroyos y el agua ingresó a muchas viviendas. Además, algunos colegios debieron suspender las clases y hasta se llegó a cortar el servicio de trenes porque las vías se anegaron.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires también hubo casas inundadas (agronomía, Saavedra y Palermo fueron los barrios más afectados) y autopistas con el tránsito interrumpido. Y una mujer de 78 años falleció el martes por la noche al ser impactada por una baranda que se desprendió de un balcón, en Arenales al 2800.
En el interior también se produjeron estragos. Por allí pasó antes: el martes hasta media tarde azotó Pellegrini, 25 de Mayo, Roque Pérez, Bragado y 9 de Julio, donde se registraron vientos de más de 100 kilómetros por hora y la caída de granizo dañino. Sectores como el aeródromo y el autódromo sufrieron daños muy graves, con destrucción de hangares y aeronaves. Hubo voladura de techos en varias ciudades.
En La Plata, el agua caída fue muchísima: el acumulado de los dos días de tormentas llegó a los 185 milímetros. Pero el martes llovió 125 milímetros, la cantidad prevista para todo el mes en la media previa al cambio climático. El intendente Julio Alak dijo al diario local El Día que “las ciudades están preparadas (para escurrir) 30 milímetros por hora y ayer (el martes) esa cifra se cuadruplicó” en la capital provincial.
El martes fue el peor día: el SMN alertó por un fenómeno de supercelda que pasó primero por las ciudades del interior y luego se dirigió al AMBA. La “tormenta supercelular” se caracteriza por el gran tamaño de sus nubes tormentosas, que pueden abarcar kilómetros de rango y que, de ese modo, pueden llegar a tener un ciclo de vida de varias horas, como en este caso. Se generan por la rotación de vientos y las condiciones de inestabilidad en altura, que en conjunto con los frentes fríos pueden producir tornados y granizos de gran tamaño, indicó el SMN.
Aunque algunos expertos creían que perdería fuerza en el camino, eso no ocurrió: el temporal ingresó al AMBA por la zona sur del Conurbano, que resultó particularmente castigada. La Plata, pero también, Navarro, Berisso, Cañuelas, Florencio Varela, Quilmes, San Vicente, Ensenada, La Matanza, General San Martín, Lomas de Zamora, Brandsen, Moreno, Marcos Paz y Almirante Brown recibieron el impacto.
Como ocurrió la semana pasada, lo más grave se dio además de en La Plata, donde las calles se transformaron en ríos el martes por la noche y durante todo el miércoles hubo zozobra de los vecinos, en Avellaneda, Lanús, Quilmes, Ezeiza y Esteban Echeverría. En Guernica llegó a caer granizo de gran tamaño.
Otro de los inconvenientes fue la interrupción del servicio eléctrico que sufrieron en el pido 109.00 usuarios, aproximadamente, de Edesur y Edenor. La cifra bajó con el correr de la tarde y pasadas las 18 horas era de 51 mil usuarios, concentrados mayormente en Lanús, Florencio Varela, Sarandí, Laferrere y Moreno en el conurbano, mientras que en la Ciudad había cortes de luz en la zona de Villa Crespo y Flores.
Hacia el final de la jornada del miércoles, el SMN había bajado de rojo a amarillo el alerta por lluvias y tormentas en La Plata y la mayoría de los partidos del Conurbano y CABA. Extendió la misma calificación para el sur de Santa Fe y Córdoba, mientras que elevó el alerta a rojo para el sur de Entre Ríos y la zona central santafesina. El fenómeno que preocupaba a la noche, más que la lluvia, eran las ráfagas de viento.