Mariano Gorosito ofrece mudanzas gratuitas a estudiantes de su pueblo que se mudan a La Plata a estudiar, pidiendo a cambio un café cuando se reciban.
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Mariano Gorosito es un camionero de General Belgrano, un pequeño pueblo de la Provincia de Buenos Aires. Desde 2020, lleva a cabo un proyecto que ha transformado la vida de muchos jóvenes de la localidad. Su iniciativa, denominada “Transportando Futuro”, consiste en realizar mudanzas gratis para los estudiantes de su comunidad que se trasladan a La Plata para comenzar sus estudios universitarios.
La única condición que Mariano pone es un pequeño gesto de agradecimiento: recibir un café cuando los estudiantes se gradúen. De este modo, el camionero se convierte en parte de sus historias, como un compañero en el camino hacia el futuro. Este sencillo acto ha dejado una huella en muchos jóvenes, quienes, al recibir su diploma, no solo celebran su logro académico, sino también el recuerdo de la generosidad de Mariano.
La emoción de un café
Uno de los momentos más emotivos para Mariano fue cuando Joaquín Quiroga, uno de los primeros estudiantes que utilizó su servicio de mudanza, lo invitó a tomar ese café tan esperado. “¡Fue el mensaje más lindo que recibí!”, comenta el camionero entre risas y lágrimas. Joaquín, recientemente recibido de abogado, le agradeció por todo lo que hizo por él y le cumplió la promesa de invitarle un café tras haberse graduado.
“Me emocionó mucho que se acordara de mí”, dice Mariano, quien se siente feliz al ver cómo su pequeña acción de ayuda se convierte en un símbolo de gratitud. A lo largo de los años, Mariano ha ayudado a más de 50 jóvenes a mudarse a La Plata, y este año ya tiene planificado el traslado de diez más, un gesto que sigue siendo gratuito para todos, pero que, sin duda, deja una huella en el corazón de quienes reciben su apoyo.
Un camión lleno de sueños
El camión de Mariano, un legendario Mercedes Benz 1114, conocido como “El Cachorrón”, se convierte en el vehículo que transporta no solo muebles, sino también sueños, esperanzas y la promesa de un futuro mejor. Cada viaje es una aventura, una muestra del compromiso de Mariano con su comunidad. Durante el trayecto hacia La Plata, el camión se llena de risas, anécdotas y la emoción palpable de los jóvenes que se van a estudiar, algunos siendo la primera generación de universitarios en sus familias.
Mariano sabe que sin su ayuda, muchos de estos estudiantes no podrían afrontar los gastos de una mudanza, lo que los obligaría a comenzar desde cero en la ciudad o a buscar viviendas amuebladas, incrementando aún más los costos del alquiler. “La idea surgió de una necesidad”, explica, recordando cómo comenzó todo cuando un amigo le pidió ayuda para trasladar a su hija. Ese primer viaje fue el principio de una tradición que continúa creciendo cada año.
Creciendo año tras año
Lo que comenzó como un favor para un amigo, pronto se convirtió en un proyecto comunitario. En 2020, Mariano y su hermana Madem transportaron las pertenencias de diez estudiantes. En 2021, fueron dos camiones; en 2022, tres. En 2023, la cifra aumentó a 16 jóvenes, y en 2024, la ayuda llegó a 12 más. Este año, el primer viaje será el 25 de enero, y Mariano ya ha recibido solicitudes de diez estudiantes.
Mariano relata cómo, en cada uno de estos viajes, se llenan de anécdotas y momentos emocionantes. “Los chicos se mudan con lo más básico, su camita, su colchón, y eso hace que el espacio se aproveche al máximo. Si hay más cosas, usamos más camiones”, explica con una sonrisa. El entusiasmo de los estudiantes al recibir sus pertenencias, su alegría al ver todo lo que llevan consigo, es el motor que lo impulsa a seguir ayudando.
El primero de muchos cafés
El encuentro entre Mariano y Joaquín no solo fue un café, sino un reencuentro emocional. “Me sorprendió muchísimo que me llamara para invitarme a un café después de tantos años. Me demostró que valoró lo que hice por él”, dice Mariano, con una gran sonrisa. La invitación fue la culminación de una historia que comenzó en 2020, cuando Joaquín se mudó a La Plata para estudiar Derecho.
Esta reunión no solo fue un gesto de gratitud, sino también una reafirmación de los valores que quiere transmitir: ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, con la certeza de que siempre se regresa algo bueno. “Haz el bien sin mirar a quién”, reflexiona el camionero, convencido de que lo que hace es algo mucho más grande que un simple favor.
“Es increíble cómo, con tan poco, uno puede hacer tanto. Para mí, no es un sacrificio. Es un placer ayudar a los chicos, que son el futuro”, concluye Mariano, quien asegura que lo único que espera es más cafés en el futuro.
Ayuda más allá de las mudanzas
Su compromiso no se limita solo a las mudanzas para estudiantes. Además de este proyecto, ha brindado su apoyo a otras causas solidarias. En 2024, fue parte del Proyecto Chaco, donde utilizó su camión para transportar donaciones a El Impenetrable, una región del Chaco profundamente empobrecida. Aunque no pudo realizar los viajes anteriores por razones laborales, en agosto del mismo año finalmente pudo llevar su ayuda a esta comunidad.
Mariano recuerda con emoción su experiencia en El Impenetrable. “Me conmovió la bondad de la gente”, dice con la voz quebrada, al recordar cómo los habitantes de esa zona, a pesar de la pobreza, lo recibieron con una calidez que le marcó profundamente. “Allí uno se da cuenta de la diferencia de realidades dentro de nuestro propio país. Es algo que te parte el alma”, reflexiona.
El futuro está en las manos de los jóvenes
Al final de cada viaje, Mariano siente que ha cumplido con su propósito. “Lo mío es sólo cargar las cosas y llevárselas. No es nada más que eso. Pero para ellos es todo”, afirma, con humildad, sobre su labor. Para él, cada viaje representa una oportunidad para apoyar a los jóvenes de su pueblo, quienes, con un pequeño empujón, pueden acceder a un futuro mejor.
“La familia entera está detrás de cada estudiante. Yo soy solo un granito de arena en ese camino”, explica. Con la certeza de que el esfuerzo colectivo es el que permite a los jóvenes alcanzar sus sueños, Mariano sigue adelante, sin esperar nada a cambio, salvo ese café tan esperado.
Este año, se siente optimista: “Estoy seguro de que en diciembre veremos más graduaciones y más cafés. ¡Ojalá sea así!”. Mientras tanto, él sigue adelante, transportando futuro en su camión, siempre dispuesto a ayudar.
* Con información de Infobae