“El siguiente paso es unirnos bajo una autoridad”, aseguró un referente del nuevo régimen rebelde, que derrocó recientemente a Bashar al Assad.
Los enfrentamientos que se desataron entre las nuevas fuerzas de seguridad y defensores del antiguo régimen de Siria dejaron un saldo de 17 muertos, según el Oservatorio de Derechos Humanos de aquella nación árabe. Los combates fueron calificados de “emboscada traicionera de remanentes del régimen criminal” por Mohamed Abdel Rahman, flamante ministro del Interior del gobierno de transición en Siria.
Luego del derrocamiento de Bashar al Assad, las puertas de las prisiones sirias fueron abiertas por el grupo de rebeldes encabezados por el grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), 13 años después de su brutal represión en las protestas iniciada en 2011, que desató la guerra con un saldo de más de 500.000 víctimas fatales, desde el inicio del conflicto.
“El siguiente paso es unirnos bajo una autoridad”, declaró a Radio France International (RFI) un líder rebelde de Damasco.