El pasado jueves se recordó un nuevo año sin la joven enfermera que trabajaba en el Hospital San Felipe, por el crimen cometido por Miguel Ángel Nievas. El femicida cumple prisión perpetua, pero la pérdida es irreparable. “Tienen beneficios para salir y vuelven a violar o matar, y las víctimas quedan bajo tierra o muertas en vida”, lamentó Silvia Gareca.
De la Redacción de EL NORTE
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El jueves pasado se cumplieron cinco años del femicidio de Daiana Almeida. La joven fue asesinada el 7 de noviembre de 2019 en San Nicolás de los Arroyos por Miguel Ángel Nievas.
En diálogo con EL NORTE, Silvia Gareca -madre de Daiana- manifestó: “A medida que pasa el tiempo, se hace más difícil. Pienso que como padres nunca vamos a poder superar la muerte de un hijo. A lo que se suma la forma en que ocurrió, con jueces que tienen la obligación de cuidarnos y, sin embargo, les dan la libertad a monstruos como es Miguel Ángel Nievas con todos sus antecedentes. Salió de la cárcel después de una condena que le redujeron y volvió a matar. Lamentablemente fue mi hija, pero hubiese sido cualquier otra mujer que se le hubiera cruzado en ese momento”.
“Pasaron ya cinco años y por lo que todos vemos no ha cambiado nada, porque nos siguen matando, no tenemos seguridad de que podamos volver sin ser ultrajadas o que nos asalten. No vemos policías en las calles. Los que roban entran y salen al otro día. Es imposible vivir así, con miedo. Rogando que cuando uno de nuestros hijos sale que no le pase nada, porque por nada te matan directamente”, agregó.
“Si seguía preso, mi hija estaría conmigo”
Silvia indicó con profundo dolor: “Todos los 7 de noviembre publico un recordatorio de Daiana y nunca nombré a este demonio de Nievas, pero este 7 sí. Estoy con mucho odio porque si hubiese seguido encerrado, mi hija estaría conmigo y no la estaría llorando. Doy gracias porque se hizo justicia en comparación con otros casos, pero como papás quisiéramos tenerla con nosotros. En el duelo siento enojo con las personas que tienen que cuidarnos, hacer su trabajo con responsabilidad y ponerse en los zapatos de las víctimas o familiares que siguen sufriendo por el motivo que fuera de parte de estas lacras que no se regeneran más. Sigo pensando que para estos casos tiene que haber pena de muerte. No seguir llenando cárceles. Después tienen los beneficios para salir y vuelven a violar o matar, y las víctimas quedan bajo tierra o muertas en vida por el trauma que las afecta el resto de sus días”.
El crimen
Daiana tenía 30 años cuando fue víctima de femicidio. Alrededor de la medianoche, Daiana concluía su turno en enfermería del Hospital San Felipe y emprendía el regreso a su hogar en moto. En el camino, fue perseguida, interceptada y forzada a desviarse por Nievas. En un descampado cercano al Molino Santa Clara, tras la brutal agresión, le quitó la vida.
La violencia quedó demostrada por un rasguño en la mano de Nievas al momento de su captura, mientras intentaba huir de la ciudad a pie, durante una movilización en la ciudad en reclamo de justicia por Daiana.
Tras evaluar la contundente evidencia presentada en las audiencias del juicio, la Justicia declaró a Nievas como “autor penalmente responsable de los delitos de femicidio, homicidio criminis causa, robo, privación ilegal de la libertad agravada y abuso sexual agravado por el uso de armas”. Fue condenado a prisión perpetua.
El Hospital San Felipe, donde trabajaba la joven nicoleña, compartió esta semana un mensaje en sus redes sociales: “En el quinto aniversario de su femicidio seguimos diciendo: ¡Daiana presente! En su memoria… Por ella, por vos y por todas, prohibido olvidar #NiUnaMenos”.
Una problemática que no cesa
En lo que va de 2024, se registraron 243 víctimas de femicidio.
El reciente informe del Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano”, coordinado por La Casa del Encuentro, reveló que entre enero y octubre de este año se registraron 217 femicidios, cinco trans/travesticidios, tres lesbicidios y 18 femicidios vinculados de varones.
Este escenario dejó a 276 niños sin sus madres, de los cuales el 52% son menores de edad. Además, el 54% de los agresores eran parejas o exparejas de las víctimas, 31 mujeres habían realizado denuncias previas, y diez contaban con medidas cautelares de protección.
El 63% de las víctimas fueron asesinadas en sus propios hogares o en la vivienda que compartían con el agresor.