Hoy hay 250.000 mujeres a punto de jubilarse que el día después de derogada la moratoria se quedarían sin un centavo. Son el 94% de las mujeres de entre 60 y 64 años, que van a tener que esperar a tener 65 para cobrar la Pensión Universal para el Adulto Mayor.
De la Redacción de EL NORTE
[email protected]
Diputados votó la semana pasada en mayoría y se dispone a tratar en particular el articulado de la eliminación de la moratoria jubilatoria. La derogación que plantea el nuevo proyecto de Ley Bases presentado por el Gobierno nacional debe ser abordada ahora en el Senado.
Actualmente, en Argentina las mujeres deben tener 60 años para poder jubilarse (65, los varones) y 30 años de aportes. Pero solo una de cada 10 mujeres con una edad cercana a jubilarse puede cumplir con este requisito.
Las mujeres representan el 74% de las prestaciones otorgadas por moratoria. No es un regalo: se regularizan los aportes a través del pago de cuotas mensuales que se descuentan del haber previsional con montos que se actualizan por el índice de movilidad jubilatoria.
Si se derogara la moratoria actualmente vigente, un 90% de las mujeres y un 70% de los varones no podrían jubilarse al llegar a la edad requerida, porque no cumplen con el requisito de los años contribuidos. Los datos son del SIPA (Sistema Integrado Previsional Argentino), calculados sobre el total de población activa e inactiva.
En el caso de los varones que superen una evaluación socioeconómica, eventualmente podrían acceder a la PUAM (Pensión Universal para el Adulto Mayor), que es una pensión no contributiva de menor calidad, porque otorga un 80% del haber mínimo y no genera derecho a pensión, entre otras desventajas.
Y en el caso de las mujeres, quedarían sin ninguna cobertura entre los 60 y los 64 años de edad inclusive, y eventualmente, a los 65 años podrían incorporarse a la PUAM.
RETROCESO
Hay 250.000 mujeres a punto de jubilarse que el día después de derogar la moratoria, se van a quedar sin un centavo. Son el 94% de las mujeres de entre 60 y 64 años, que van a tener que esperar a tener 65 para cobrar la PUAM.
En Argentina las moratorias previsionales se llevaron adelante en 2004, 2014, 2016 y 2023. La primera logró que más o menos 2.5 millones de personas que estaban excluidas del derecho pudieran jubilarse.
Hay 3.7 millones de personas que no podrían estar jubiladas sin las moratorias jubilatorias que se conocieron como la jubilación para amas de casa.
La diferencia entre moratorias (conocidas como jubilación para amas de casa) y reconocimiento de aportes del cuidado (jubilación para madres) es crucial. En 2005 menos de 7 de cada 10 mujeres estaban jubiladas, en 2020, lo estaban más de 9 de cada 10.
FEMINIZACIÓN DEL TRABAJO INFORMAL
Las mujeres tienen una menor incorporación al trabajo remunerado, mayormente por la carga en tareas de cuidado de niños, niñas y adolescentes y de personas mayores dentro de los arreglos familiares.
Por la feminización del trabajo informal, las mujeres se encuentran subrepresentadas en el sistema contributivo y, por ende, y a pesar de haber trabajado, tienen un acceso deficitario a los beneficios de la seguridad social como la jubilación, las licencias para cuidar y por enfermedad, el acceso a la salud, entre otras cosas.
El proyecto de ley perjudica directamente a las trabajadoras de casas particulares por la informalidad que caracteriza al sector.
Según “La protección social de las mujeres en la era del delivery y el emprendedurismo”, de Lucía Corsiglia Mura para Asociación Lola Mora, cuando las mujeres acceden a un trabajo remunerado, suele ser en peores condiciones que las de los varones, con frecuencia en puestos de trabajo de baja calificación y menor remuneración y, muchas veces, no registrados. Esto último equivale a la falta de acceso a la seguridad social por derecho propio. Las mujeres tienen una mayor inestabilidad laboral, por contratos a tiempo parcial y en los de duración determinada, lo que imposibilita acumular la cantidad de años de aportes requeridos para jubilarse.
VULNERABILIDAD Y MONOTRIBUTO SOCIAL
Existe un comportamiento procíclico del desempleo femenino, de forma que las mujeres son las primeras en perder el empleo en los contextos económicos desfavorables, perdiendo cobertura de la seguridad social una vez terminado el ciclo del seguro por desempleo (en caso de que se tratara de empleo registrado) y obstaculizando la acumulación de años de aportes. Las mujeres son mayoría en las formas de trabajo “independiente” más vulnerable. Especialmente en la figura de monotributo social, donde existen derechos restringidos de acceso a la seguridad social.
En Argentina hay más de 617.000 monotributistas sociales pero que si se cuenta a sus familias, llegan a 585.000 más. Este universo hoy paga $3200 de facturación y si el paquete fiscal –que ya tiene media sanción– es aprobado, pasarían a abonar $26.600: ocho veces más. Con la intervención de diputados de Unión por la Patria, el Frente de Izquierda, el radicalismo y de Hacemos Coalición Federal, se logró una modificación: se agregó una oración al artículo que deroga el monotributo social que indica que «comenzará a regir a los 90 días a partir de su publicación en el Boletín Oficial». Es decir, se elimina, pero en el medio hay tres meses para ver qué pasará con esos 585.000 trabajadores que quedarían fuera del sistema.
Las mujeres son las principales perceptoras de pensiones no contributivas y de pensiones derivadas del cónyuge, con niveles de ingreso que suelen estar por debajo de las necesidades básicas, dejándolas en condiciones de pobreza.