En el marco de la marcha del 3J por ‘Ni Una Menos’, EL NORTE habló con la madre de Daiana Almeida, Silvia Gareca. En septiembre del año pasado, Miguel Ángel Nievas fue hallado culpable de los delitos de “femicidio, homicidio criminis causa, robo, privación ilegal de la libertad agravada y abuso sexual agravado por el uso de armas” y sentenciado a prisión perpetua.
Rocío Vega
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En septiembre del año pasado por la muerte de Daiana Almeida, el fallo de prisión perpetua del Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 de San Nicolás recayó sobre Miguel Ángel Nievas, quien fue hallado culpable de los delitos de “femicidio, homicidio criminis causa, robo, privación ilegal de la libertad agravada y abuso sexual agravado por el uso de armas”. El Tribunal consideró que Nievas actuó “totalmente desquiciado” y con “desprecio” hacia la mujer cuando en 2019 asesinó a su víctima. También lo declaró reincidente, por lo que no podrá recibir ningún beneficio durante el transcurso de la pena ya que tenía una condena por “homicidio en riña” y antecedentes de violencia de género y hurtos. En el marco de la marcha del 3J por ‘Ni Una Menos’, EL NORTE dialogó con la madre de Daiana, Silvia Gareca.
“Estas movilizaciones me generan un sentimiento tan fuerte porque es revivir todo lo que pasé con Daiana. La problemática en vez de ir avanzando, va retrocediendo porque cada vez hay más femicidios, y los agresores andan como si nada en la calle. ¿Por qué tenemos que estar marchando, pasando frío, cuando tendríamos que estar en nuestras casas, tranquilos, con la gente que queremos, que no nos falte, y los que nos gobiernan están en sus casas, confortables? Eso indigna, porque son ellos los que nos tienen que cuidar. Salimos y no sabemos si volvemos. Cada vez hay más depravados y no pasa nada. ¿Hasta cuándo vamos a seguir así? Si no nos cuidamos entre nosotras, nos siguen matando”, sostuvo.
“No se lo deseo a nadie”
“Ella se manejaba tranquila, del hospital a la casa le llevaba cinco minutos. Antes de lo que pasó con Daiana, veía estos temas por televisión y decía: ‘Mirá pobre, mataron a la hija’. Cuando me tocó tan de cerca, noté que me tocó a mí como a San Nicolás, porque Daiana fue hermana y cercana de todos. No hubo una oportunidad de hablar con ella del miedo, porque acá algo así nunca había pasado. Lamentablemente le tocó a ella. No se lo deseo a nadie. No sé por qué tuvo que ser ella, pero sé que lo de Dai marcó un antes y un después. Se debe trabajar en la seguridad, y que la Justicia actúe como tiene que ser. El que mata tendría que morir. Ellos tienen derechos y las víctimas no tuvieron otra oportunidad. Muchos delinquen y vuelven a hacer lo mismo, no cambian. Los jueces demoran, los agresores se escapan, no se encuentran las pruebas. ¿Cuánto padres están esperando los juicios? Y los que abusaron, en las calles, como si nada. La condena en el caso de Daiana fue ejemplar. Espero que él nunca salga de la cárcel y que además actúe la justicia divina, que eso también llega. Pero pienso en el resto de las familias”, expresó.
