Las reservas de agua en campos de la región aún no se han recuperado de la larga sequía que se extendió entre 2020/23. Debido al actual escenario de altas temperaturas y falta de lluvias, afirman que los lotes de segunda se perderán completamente luego de esta semana con calor extremo. Los productores pierden rindes con el paso de las horas.
De la redacción de EL NORTE
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Productores agrícolas de San Nicolás no esconden una preocupación creciente provocada por las consecuencias de un clima hostil para los cultivos de soja y maíz: altas temperaturas, y falta de lluvias en una región donde las reservas hídricas aún no lograron recuperarse de los efectos de la histórica sequía que se extendió desde 2020 hasta abril de 2023.
“Comparada con la sequía anterior, el panorama hoy no es tan grave. El problema es que anunciaron más días de altas temperaturas, sin lluvias. En una semana podríamos estar a la altura de la seca anterior. Seguramente va a haber lotes que se perderán completamente. Los lotes de segunda, creo yo, se van a perder totalmente. La soja de primera aún está a tiempo de salvarse, pero probablemente en una semana haya lotes que se empiecen a perder”, explica uno de los productores nicoleños.
“La seca ya está afectando mucho. Hay que tener en cuenta que las reservas de agua aún no se han recuperado de la sequía anterior, a lo que se suman varios días de altas temperaturas y falta de lluvias”, agregó.
“Están muy afectados los maíces de primera, con pérdidas importantes. La soja de primera está aguantando un poco debido a que no demanda mucha agua. La soja de segunda y el maíz de segunda ya se están secando puesto que se sembraron hace poco y no alcanzaron a enraizar”.
Según informó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), a pesar de que el 2024 cerró con un 26% más de lluvias, las reservas hídricas en el norte bonaerense continúan siendo escasas, afectando a cultivos clave como maíz y soja.
Clima adverso
Con el patrón de circulación bien establecido, la situación de estrés hídrico se va afianzando. Desde el comienzo del año se ha posicionado una zona de alta presión sobre la franja este del país que no permite ningún aporte de humedad sobre la zona central y este del país, forzando a que ingrese por el sector oeste. Con estas condiciones, la estabilidad atmosférica prevalece sobre toda la zona pampeana y la región del Litoral, mientras que sobre el oeste siguen dándose características de inestabilidad, con chances de lluvias y tormentas de variada intensidad, tanto en la zona cuyana como también en la región del NOA, aunque de manera parcial en el sector de Salta y Jujuy.
Las perspectivas de corto y mediano plazo no son alentadoras para la actividad agropecuaria no sólo por la falta de lluvias sino por la combinación entre este factor y el incremento y sostenimiento de las altas temperaturas.
¿Y las lluvias?
El consultor Alfredo Elorriaga sostuvo que se descarta la llegada de lluvias significativas hasta el 20 de enero, con temperaturas mínimas pasen de los 11-17°C a valores de 20 a 23° a partir del martes 14. “Las máximas pronosticadas para el lunes 13 van de 36 a 38°C. Lamentablemente, la próxima semana es probable que la región deba afrontar el paso de una ola de calor, sin el auxilio de tormentas importantes”, indicó.
Elorriaga describió que “los pronósticos de corto y mediano plazo no son optimistas para la primera quincena de enero. No se esperan eventos pluviales significativos y, seguramente, durante el fin de semana las temperaturas experimenten un fuerte ascenso y una mayor continuidad, reduciendo considerablemente la amplitud térmica que sirvió de alivio durante diciembre”.
A nivel global, las noticias de escala planetaria tampoco son halagüeñas. “La anomalía positiva del Atlántico sobre las costas de Brasil, Uruguay y Argentina se ha debilitado, disminuyendo el eventual flujo de aire cálido y húmedo que podría ingresar desde el noreste hacia el centro del país. Este efecto adverso se ve potenciado por la presencia de una zona de alta presión sobre el centro este de la región pampeana que se contrapone al ingreso de humedad de ese sector”, explica Elorriaga.
Del otro lado del mapa, en el Océano Pacífico Ecuatorial Central, aunque los efectos de su enfriamiento no se hayan sentido durante la primavera por su bajo acople atmosférico y la buena disposición de los mecanismos de escala regional, Elorriaga afirma que “seguimos en un evento Niña”.