El fundamento de un parto respetado implica el consentimiento de la persona gestante desde la primera consulta médica que toma hasta el momento del postparto, inclusive. La clave es crear un ámbito en el cual el paciente se sienta libre de expresar sus necesidades y el profesional de salud pueda explicar los actos médicos a realizar e informar sobre cualquier riesgo. El San Felipe brindará actividades abiertas y gratuitas relacionadas a la temática.
De la Redacción de EL NORTE
[email protected]
Del 13 al 19 de mayo se celebra la Semana mundial del Parto Respetado. En nuestro país, el parto respetado se encuentra enmarcado en la Ley 25.929, que data del año 2004. Esta normativa destaca un cambio en la forma de atención, priorizando las necesidades del paciente basándose en dos pilares fundamentales: la escucha de sus deseos y la información sobre cada accionar médico. Esto permite mantener su integridad física y psíquica y promover el respeto, evitando, ante todo, ejercer la violencia obstétrica, que afecta más frecuentemente a las personas más jóvenes y de nivel sociocultural más bajo.
Más allá de este marco legal, hay diversos indicadores que alertan sobre la necesidad de seguir trabajando intersectorialmente para mejorar la salud de la persona gestante y del recién nacido. Algunos de ellos son el “abuso de medicalización, la patologización de los procesos naturales y un elevado porcentaje de cesáreas: de acuerdo con la OMS, la tasa ideal de partos mediante este tipo de intervención debería oscilar entre un 10% y 15%, aunque -según señalan los especialistas- en Argentina ronda el 35%”.
El fundamento de un parto respetado implica el consentimiento de la persona gestante desde la primera consulta médica que toma hasta el momento del postparto, inclusive. La clave para su funcionamiento es crear un ámbito en el cual el paciente se sienta libre de expresar sus necesidades y el profesional de salud pueda explicar los actos médicos a realizar e informar sobre cualquier riesgo que pueda surgir.
La mencionada Ley nacional contempla no solo la experiencia al momento de parir, sino también en el embarazo y el postparto. A su vez, esta normativa abarca el binomio persona gestante-recién nacido con el propósito de promover óptimas condiciones para ese primer contacto. Por lo tanto, la relación de respeto debe iniciarse en la primera consulta del embarazo y mantenerse a lo largo de todos los controles.
Cronograma
En el marco de la fecha especial, se llevarán a cabo durante toda esta semana actividades abiertas y gratuitas en el hospital San Felipe relacionadas a la temática, bajo la consigna de dar a conocer los derechos durante la gestación, en el parto y en el post parto.
Hoy lunes 13, a las 8:30 hs. habrá una charla titulada “¿Conocés tus derechos?” en la Sala de espera activa, calle Olleros, a cargo de la Residencia de Obstetricia.
Martes 14, 8:30 hs. “Mitos y verdades sobre el parto vaginal”, Sala de espera activa, calle Olleros. Residencia de Obstetricia.
Miércoles 15, 9:00 hs. “Conociendo dónde va a nacer mi bebé”, proyección de imágenes del HIGA San Felipe en la Biblioteca de barrio Güemes, a cargo del SAPS y Residencia en Obstetricia.
Jueves 16, 10:00 hs. “Conociendo dónde va a nacer mi bebé”, proyección de imágenes del HIGA San Felipe, Preparación Integral de la Mapaternidad (PIM), en la biblioteca del hospital. A cargo de SAPS y Residencia en Obstetricia.
Y el viernes 17, a las 8:30 hs. “Qué puedo hacer durante mi trabajo de parto. Herramientas y estrategias para utilizar en el nacimiento”, en la Sala de espera activa por calle Olleros, a cargo de la Residencia de Obstetricia.
Cuidar a las familias
De acuerdo a lo repasado desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), hasta el siglo XIX, el nacimiento de una persona constituía un evento que ocurría en el entorno familiar de los hogares y en comunidad, a menudo con la asistencia de mujeres entrenadas junto al acompañamiento de las redes afectivas y familiares de la persona gestante.
Con el transcurso del tiempo, la evolución científica y la tecnológica permitieron la atención de las posibles complicaciones. Bajo estos preceptos, la institucionalización del parto ha sido en todos los países del mundo la medida de salud pública con mayor impacto para lograr la disminución de la morbimortalidad materna y neonatal, pero trae aparejada la responsabilidad de esforzarnos por no dejar de colocar en el centro de atención a quienes protagonizan este evento único e irrepetible en la vida del ser humano. Cuidar los nacimientos es, entonces, cuidar a las familias y posicionarlas en el mejor punto de partida para una crianza sensible y amorosa.