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miércoles, diciembre 11, 2024
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SECUESTRARON A UN COLECTIVO CON 59 PASAJEROS QUE VENÍA DE LA COSTA

Delincuentes ingresaron en el vehículo y tuvieron cautivas a las 59 personas que iban adentro. Los investigadores creen que los asaltantes pensaban que la unidad se dirigía a hacer compras en la feria de La Salada. Entre las víctimas había un niño de 3 años con autismo.

Cinco delincuentes que se movilizaban en al menos dos autos abordaron este miércoles a un colectivo de larga distancia que provenía de la Costa, más precisamente de Villa Gesell. El secuestro se produjo en el partido de La Matanza, donde los 59 pasajeros quedaron cautivos de los asaltantes durante un largo rato, mientras les sustraían sus pertenencias.

Según se ha logrado reconstruir, dos coches cruzaron al colectivo de la empresa Rutamar a la altura de Puente 12, donde se cruzan el Camino de Cintura con la Autopista Ricchieri y la Ruta 4. Los intrusos subieron al bus y tomaron el control. Uno de ellos, de hecho, desplazó al chofer en el volante y se internó por tierras matanceras.



“Nos llevaron algunos kilómetros y nos sacaron todo lo que teníamos. Yo alcancé a esconder mi celular cuando me di cuenta de lo que pasaba, y hasta me pareció extraño que los ladrones, que estaban encapuchados y armados, discutieran entre ellos, como si se hubieran equivocado de micro”, relató una de las víctimas.

Aparentemente, los ladrones se equivocaron de objetivo, ya que pedían dinero a los presentes y hablaban de La Salada, mientras los pasajeros les explicaban que venían de pasar el fin de semana largo en Gesell y que no les quedaba mucho cash. “Comentaban entre sí que ‘el jefe de calle’ se había equivocado. Tal vez se referían a algún datero o efectivo policial que les había pasado información errada”, contaron los testigos.



Antonella Rivera, una de las pasajeras, dijo en diálogo que ella viajaba con un hijo de 3 años que padece autismo. “Por suerte, justo cuando ellos se fueron él se despertó. Pero mi otra hija sí los vio y hasta le dio una piña a uno de los ladrones cuando me sacó la riñonera”.

En Ezeiza, los ladrones destrozaron un par de vidrios para sacar por ahí bolsos y elementos varios. Después se fugaron. Antonella recuerda: “Se fueron y a la media hora o cuarenta minutos llegó la Policía. Tuvimos que hacer las denuncias en la comisaría. La empresa mandó un micro más, pero la mayoría de los pasajeros ya se había ido por su cuenta”.