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sábado, octubre 19, 2024
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SE INAUGURÓ EL INVERNADERO MUNICIPAL “BERNARDO TEODORO ANDINO”

Fue en homenaje al Ingeniero Andino, integrante del INTA San Nicolás, impulsor del invernadero ramallense.

Inauguración del invernadero. EL NORTE

Ayer por la mañana, en el Centro de Integración Municipal Calcuta, se inauguró el nuevo invernadero municipal “Bernardo Teodoro Andino”, nombre designado en homenaje a su impulsor. El ingeniero, que llegaba a Villa Ramallo periódicamente con su conocimiento y las semillas para recrear las costumbres de que en cada casa exista una huerta, fue recordado por el intendente municipal Gustavo Perié, parte de su gabinete y allegados que estuvieron presentes en el espacio.

Bernardo Andino, era una persona simple, querida y con la empatía de aquellos que muestran pasión por lo que hacen y amor por enseñar. El pasado 28 de mayo de 2021 será recordado como una de las fechas más tristes para quienes compartieron en la Estación Experimental Agropecuaria San Pedro, ya que ese día falleció el integrante de la Agencia de Extensión Rural San Nicolás.

Bernardo fue un extensionista con todas las letras, muy cercano a los horticultores de su zona y a quienes formaban parte del Programa Pro huerta. Las organizaciones locales lo habían distinguido en numerosas oportunidades por su dedicación y cercanía.



Nació en Buenos Aires en 1957, se recibió de Ingeniero Agrónomo en 1982 en la Facultad de Ciencias Agrarias de Rosario, donde también fue docente. Su vida lo llevó a conocer a Margarita, con quien se casó en 1988 y vivieron un tiempo en Chile. Allí también se dedicó a la profesión.

Andino en tiempos que Ariel Santalla era intendente llegaba a la Unidad Sanitaria de Villa Ramallo donde la referente local de ese espacio María Luján Massarolli organizaba todo. En ese espacio funcionaba una huerta y el ingeniero dejaba conocimiento y semillas para las familias que se acercaban en cada una de sus exposiciones.

Una situación similar se dio también en la gestión de Mauro Poletti (Intendente MC), ya que el ingeniero en ese caso acompañado muchas veces por el Ingeniero Adolfo Caamaño en el auditorio Libertador de Villa Ramallo brindaba charlas en las cuales reunía a más de un centenar de asistentes.



Proyecto de huerta en el hogar

El proyecto comenzó a principios del 2020 en un trabajo conjunto de la Secretaría de Desarrollo Humano y Promoción de Salud con Andino. Se llevó adelante la planificación, compra de materiales, y en el medio de esa situación Bernardo contrajo Covid-19 y como consecuencia de la gravedad del cuadro falleció a los pocos días. Representantes del INTA San Nicolás y la comunidad del CIM decidieron continuar con el proyecto y con mano de obra municipal se comenzó a construir el invernadero que ayer se inauguró.

El invernadero se sumó a las dos huertas que ya funcionan en el Centro: una del Taller de Huerta, y otra que trabajan en conjunto el INTA y la Subsecretaría Municipal de Niñez, Géneros y Diversidad, donde colaboran muchas mujeres que fueron víctimas de violencia de género. En total, asisten alrededor de 30 personas que ahora podrán trabajar en conjunto en el invernadero también.

Pro huerta

Andino trabajó intensamente y fue promotor del Pro huerta en San Nicolás y al retirarse la responsable ingresó en 2004 como técnico contratado. Quienes lo conocieron de aquella época lo recuerdan como una persona muy comprometida con lo que hacía y con los objetivos del programa, siempre dispuesto a aportar y a brindarse.

Para aquellos que estuvieron cerca del Ingeniero Andino siempre quedará esa mirada comprensiva, el trabajo incansable, sus charlas, sus consejos para que cada una de las semillas diera sus frutos.



Su partida el año pasado como consecuencia de la pandemia de Covid-19 provocó tristeza y dolor en muchos que lo esperaban durante cada mes para saber qué pasos dar o también para charlar un rato con ese hombre que hacia un culto de su humildad.

Una de las historias que en el plano local quedará grabada fue la de un vecino de Villa Ramallo, que en la salida de la crisis del 2002, decidió en un lote que estaba repleto de yuyos y malezas hacer una huerta. El lote era de grandes dimensiones, de hecho hoy existe una vivienda. Entonces lo fue a ver a Andino y le dijo que iba a plantar todo lo que podía. El ingeniero no dudo en ayudarlo y tras la limpieza del predio, la huerta se transformó en un gran emprendimiento familiar que le permitió a esa familia generar su propio medio de vida. Todo gracias a la ayuda y empatía del “querido” Ingeniero Bernardo Andino.

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