El 2 de febrero de 2023 dos adolescentes de 14 y 15 años se presentaron en la comisaría y se adjudicaron los crímenes de Norma Peña y de Mario Raut. Los cuerpos fueron hallados horas después por la policía en un rancho de la isla. Ambos fueron detenidos y liberados a los pocos días por ser inimputables. A dos años del hecho no se logró establecer el móvil ni la participación de un mayor en el crimen.
De la redacción de EL NORTE
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El brutal episodio fue descubierto el 2 de febrero de 2023 luego de que dos adolescentes de 14 y 15 años se presentaran en la Comisaría Primera de San Nicolás confesando haber disparado contra dos personas en el sector de la isla conocido como Rancho Raut. Inmediatamente los efectivos policiales junto con personal de la Prefectura Naval se desplazaron al lugar. Al llegar se encontraron con los cuerpos sin vida de Norma Peña, de 55 años, y de Mario Darío Raut, de 58. Estaban en una vivienda de la zona de islas frente a la localidad de Ramallo. Ambos presentaban impactos de bala de escopeta. Uno fue hallado boca arriba en la planta baja de la casa, el disparo habría sido efectuado con la víctima acostada e ingresó por el tórax. El cuerpo de Norma, en cambio, estaba en la planta alta, detrás de una puerta, el proyectil habría ingresado por la axila.
Los adolescentes fueron aprehendidos, enviados a un Centro de Admisión de Detenidos en el Paraje San Francisco de Mar del Plata y liberados tres meses después por ser menores inimputables. La causa quedó radicada en la Fiscalía de Gualeguay a cargo del fiscal Fernando Martínez. A dos años del terrible suceso no hay detenidos, no se logró establecer el móvil del ataque ni probar la participación de un mayor en el crimen. Lo cierto es que la familia de Raut en ese momento había manifestado que tiempo atrás el hombre había tenido conflictos con personas que buscaban quedarse con las tierras donde se encontraba su rancho. Finalmente, la vivienda terminó arrasada por un incendio intencional el pasado 2 de enero. La hija de Mario, Leonela Raut, en diálogo con EL NORTE en ese momento manifestó: “Fue alrededor de las dos de la tarde, porque pasaron cerca del mediodía y estaba todo bien, después cuando volvieron a pasar encontraron todo quemado; la verdad es que esto es muy triste para nosotros. No había nadie en el lugar, el rancho estaba casi siempre solo, pero mandábamos a personas que lo vayan a ver y nos encontramos con esto. Estábamos completando unos papeles para que autorizaran a manejar la lancha que era de mi papá para poder mandar a alguien más seguido”. “Siempre hubo disputas por el lugar, lo que pasa es que es un buen sitio de pesca, está bien ubicado, siempre se lo querían quitar”, explicó Leonela Raut.
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El crimen
Los cuerpos fueron descubiertos alrededor de las siete de la tarde del jueves 2 de febrero de 2023 cuando ambos adolescentes llegaron a la comisaría y narraron que habían herido a dos personas en las islas a la altura de las costas de Villa Ramallo. En el lugar incautaron varios plomos desnudos que estaban deformados, y a su vez, restos de municiones que son utilizadas por armas largas y secuestraron celulares. La escopeta nunca fue hallada, los menores dijeron que la habían arrojado a las aguas del río Paraná.
En ese momento los investigadores concretaron un allanamiento en una vivienda de barrio Cavalli, donde se domiciliaba el padre de uno de los adolescentes. Allí secuestraron una mochila que contenía distintas prendas de vestir que habrían sido las utilizadas al momento del doble asesinato.
Mario Raut se dedicaba a la pesca y a la apicultura. Norma Peña era su empleada y se encargaba de la cocina, de cuidar a los animales y mantener el lugar. La mujer, de 55 años, tenía seis hijos y trabajaba desde hacía mucho tiempo en el rancho. Era muy querida por la familia de su empleador, quienes la describieron como una mujer muy “guapa”, buena y trabajadora, que había batallado contra el cáncer y ganado la contienda.
Mario Darío Raut, de 58 años, estaba casado, tenía cuatro hijos y tres nietos. Había venido hacía varios años junto con su familia de Entre Ríos, era descendiente de alemanes. Le gustaba el fútbol, era hincha de Boca. Se dedicaba a la pesca y en los últimos tiempos, buscando acrecentar ingresos, también a la apicultura. “Él estaba en la semana en la isla ocupándose de todo y los fines de semana se venía para su casa con nosotros, acá en San Nicolás. A pesar de que le faltaba una pierna y a veces tenía dolores, nunca paraba. Hace unos 26 años por una disputa de tierras en la isla lo habían herido y había perdido la pierna; llevaba una prótesis desde entonces, pero él nunca se quejaba”, había expresado Leonela Raut. “Los chicos que lo mataron trabajaban con él, me extraña mucho lo que pasó. A uno de ellos lo tenía como a un hijo, venía a comer a casa y muchas veces se quedaba porque tenía conflictos con su papá; la madre era de Reconquista, en Santa Fe. Hace unos días le pidió plata para viajar a verla, cuando volvió lo hizo acompañado de este otro muchacho, al que no llegamos a conocer, y mi papá le dio trabajo también y terminaron matándolo”, concluyó Leonela Raut poco después del terrible hecho.