Ocurrió en Balcarce y el pasaje de San Lorenzo. Dos cómplices de 14 y 16 años resultaron heridos
Un agente de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires objetó un intento de robo a tiros, acabando con la vida de uno de los asaltantes e hiriendo a otros dos jóvenes, en un suceso ocurrido en el barrio de San Telmo. El incidente tuvo lugar por la mañana del sábado, en la intersección de Balcarce y San Lorenzo, justo cuando el policía, que se encontraba fuera de servicio y vestido de civil, estaba finalizando su jornada laboral.
En ese momento, el oficial se desplazaba en su Renault Sandero cuando lo abordaron un grupo de criminales que intentaron despojarlo de su vehículo. Durante el enfrentamiento, que comenzó cuando uno de los atacantes exhibió un arma de fuego mientras intentaban forzar la entrada al auto, el policía respondió con disparos.
Este enfrentamiento resultó en tres delincuentes heridos, uno de los cuales sufrió heridas fatales y murió en el lugar.
Los otros dos heridos de 14 y 16 años, fueron trasladados al hospital Argerich sin peligro de vida. El más joven, con historial de delitos menores, presentaba una lesión superficial en el pie izquierdo, y el otro una herida en el fémur.
El episodio ocurrió cerca del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), donde el policía estaba asignado a tareas de vigilancia adicional antes del intento de robo.
La investigación del caso se asignó a la División Homicidios de la Policía Federal (PFA) por disposición del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº40, lo lidera la jueza Paula González y la Secretaría Nº 139 a cargo de Sebastián de Simoni. Además, se realizaron las coordinaciones necesarias con el personal de apoyo y se notificó a las áreas legales y de desempeño profesional correspondientes.
En estas circunstancias, queda saber cómo procederá el Ministerio Público Fiscal: si considerará el incidente como un hecho de “legítima defensa” -y en ese caso el oficial recuperaría la libertad en las próximas horas-, o bien si se inscribe en un “exceso de la legítima defensa”.
Esta semana, el Gobierno nacional publicó un protocolo de actuación para las fuerzas policiales federales que deberán enfrentar este tipo de hechos. Se trata de un procedimiento que alcanza a situaciones de “riesgo inminente”, con el fin de abatir a quienes cuando cometan un ilícito ofrezcan resistencia a la autoridad y generen riesgo de muerte para los agentes de seguridad y otras personas.
El documento, que oficializó el Boletín Oficial, establece cinco causales que habilitan el uso de armas de fuego a los agentes de seguridad, siempre que resulten ineficaces otros medios no violentos. El primero detalla que será en defensa propia o de otras personas, “cuando hubiere peligro inminente de muerte” o de lesiones graves. El segundo dispone que se utilizarán cuando sea necesario impedir la comisión de un delito “particularmente grave”, que presente peligro inminente para la vida o la integridad física de las personas o ponga en peligro, de cualquier modo, la vida de otras personas.
El tercero consigna que se podrá usar armas quien “represente ese peligro inminente y oponga resistencia a la autoridad”, o para ayudar a efectuarla. En tanto que el siguiente señala que también se podrán utilizar para “impedir la fuga de quien represente peligro inminente para la vida o la integridad física de las personas”, y hasta lograr su detención. El último punto dispone: “Para mantener la seguridad y el orden en los establecimientos de detención cuando corra peligro la integridad física o la vida de las personas que se encontraren bajo custodia o detenidas o de quienes tienen a su cargo su seguridad”.
Este protocolo no aplica a la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, pero el gobierno porteño encabezado por Jorge Macri suele compartir una mirada de seguridad similar a la de Nación.