Una escapada ideal para el fin de semana muy cerca de Buenos Aires.
San Antonio de Areco, a poco más de 100 kilómetros de Buenos Aires, es un destino que transporta a quienes lo visitan a la época dorada de la estancia argentina. Con su arquitectura colonial, sus tradiciones gauchas arraigadas y su ambiente tranquilo, este pueblo es el lugar perfecto para escapar del bullicio de la ciudad y sumergirse en la auténtica cultura argentina.
¿Qué hacer en San Antonio de Areco?
- Visitar la ciudad: Pasear por sus calles empedradas, admirar las antiguas casonas y conocer la Plaza 25 de Mayo son actividades imperdibles.
- Asistir a una demostración de doma: En las estancias de la zona, se pueden presenciar las habilidades de los gauchos en el manejo del caballo.
- Visitar un museo: El Museo Gauchesco Ricardo Güiraldes ofrece una completa visión de la vida rural argentina.
- Almorzar en una pulpería: Disfrutar de un asado y de la música folclórica en un ambiente tradicional es una experiencia única.
- Realizar una cabalgata: Recorrer los campos y disfrutar de la naturaleza a caballo es una actividad muy popular.
- Comprar artesanías: Encontrarás una gran variedad de productos hechos a mano, como ponchos, botas y objetos de cuero.
La tradición gaucha en todo su esplendor
San Antonio de Areco es sinónimo de tradición gaucha. Durante todo el año se celebran diversas fiestas y eventos que mantienen viva esta cultura, como la Fiesta de la Flor, el Festival de la Guitarra y el Encuentro de Tropillas.
Dónde alojarse
La oferta de alojamiento en San Antonio de Areco es variada, desde hoteles boutique hasta estancias tradicionales. Muchos de estos establecimientos ofrecen actividades y servicios adicionales, como cabalgatas, clases de tango y degustaciones de vinos.
Cómo llegar
San Antonio de Areco se encuentra a una hora y media aproximadamente de Buenos Aires. Se puede llegar en auto por la Ruta Nacional 8 o en colectivo desde la Terminal de Ómnibus de Retiro.
San Antonio de Areco es un destino ideal para aquellos que buscan desconectarse de la rutina y disfrutar de la tranquilidad del campo argentino.