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sábado, noviembre 2, 2024
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Rumbo al sorprendente y misterioso Cono de Arita

Se trata de una de las formaciones naturales más asombrosas de la Argentina, que está ubicada en la puna salteña.

La inmensidad de la Puna salteña es un lugar increíble que hipnotiza a todos los que la visitan. En medio de esta geografía y como un gran océano de sal, emerge el Salar de Arizaro, uno de los más grandes del mundo. Allí podés encontrar el majestuoso el Cono de Arita, una pirámide natural y enigmática, ubicada a 85 kilómetros de la localidad de Tolar Grande en el departamento de Los Andes.

Tolar Grande es uno de los imperdibles de la Puna argentina para viajeros y viajeras con alma de expedicionarios y muchas ganas de aventura. Es un lugar agreste, de belleza espectacular y con atractivos como el Desierto del Diablo, los Ojos de Mar, el Salar de Arizaro y muchos otros más. Entre esos, resalta el Cono de Arita, que llama la atención de los viajeros que llegan hasta allí.

Desde San Antonio de los Cobres rumbo a Tolar Grande, hay que hacer una parada en el Salar de Pocitos (a 108 km de San Antonio de los Cobres). Está junto al pueblo del mismo nombre, es una de las maravillas de Salta y solo viven 15 familias. El paisaje mezcla las distintas tonalidades de la tierra con un lago celeste que se forma en épocas de lluvias.

En el extremo sudoeste del salar de Arizaro, a 75 km de Tolar Grande, se destaca el enigmático Cono de Arita, una pirámide volcánica casi perfecta de 200 metros de alto, mezcla de sal y lava negra, en medio de la planicie. Es un lugar sagrado para los pobladores locales.

Su nombre proviene del aymará y significa “puzante” o “filoso”, debido a su estructura. Curiosamente, varios estudios llevados a cabo en la zona concluyeron que el lugar es un volcán, aunque no tuvo la forma suficiente para estallar como debería y quedó sin cráter. El ambiente que lo rodea está repleto de sal negra, que fue atraído a la superficie por magma subterránea.

Además, se pueden apreciar algunos restos en los alrededores: se cree que correspondían a civilizaciones anteriores, que realizaban actividades ceremoniales con el paraje como centro antes del arribo de la comunidad inca. La población local que todavía reside allí mantiene algunas de las tradiciones, como hacer festividades vinculadas a la Pachamama. (DIB)

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