16.2 C
San Nicolás de los Arroyos
jueves, octubre 24, 2024
Edición Diaria
Edición N°

“LO QUE SE ESTÁ VIVIENDO ES DE TERROR, PARA NOSOTROS, PARA LOS CHACAREROS, PARA TODOS”

Néstor Ruiz, transportista de granos perteneciente a la Unión de Choferes de Camiones de Ramallo, contó que se tuvo que ir a trabajar al sur de la provincia de Buenos Aires porque en la zona la producción fue muy baja, “una de las peores de los últimos 40 años”, describió.

RUIZ: “LO QUE SE ESTÁ VIVIENDO ES DE TERROR"

Lo dijo Néstor Ruiz, camionero de transporte de granos. Pertenece a la Unión de Choferes de Camiones de Ramallo. Se fue a trabajar al sur de la provincia de Buenos Aires con el camión porque no tenía viajes en la región. La falta de cosecha de trigo y arveja y los aumentos de costos en el 2022 por encima de la inflación impactaron.

Los combustibles aumentaron 121%, los neumáticos 124% y el material rodante, 154%. Así los confirmó el Índice de Costos de Transporte elaborado por la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac).

La actividad culminó el año con los mayores aumentos en sus costos de los últimos 20 años, informó la entidad empresaria a partir de un estudio realizado por su Departamento de Estudios Económicos y Costos.

Néstor Ruiz habla pausado, en su tono de voz se percibe el cansancio de varios días de haber estado fuera de su casa: “Lo que se está viviendo es de terror, para nosotros, para los chacareros, para todos. La sequía es terrible. Yo me tuve que ir a trabajar a Necochea, Tres Arroyos, General Pringles, para juntar una moneda y seguir subsistiendo. Todo el mundo tiene compromisos para vivir”.

Junto con dos camioneros ramallenses, decidió viajar al sur de la provincia a trabajar en la campaña de trigo y cebada. En la zona la producción fue muy baja, una de las peores de los últimos 40 años.

Consultado sobre cómo se sale de esto, afirmó: “Acá tienen subsidios todo el mundo, menos nosotros que somos los que transportamos alimentos. ¿El Gobierno no ve la situación de los transportistas? Nosotros acarreamos alimentos. La situación es crítica, el gasoil aumenta y aumenta, los repuestos… Todo ha aumentado de manera muy considerable”.

Posteriormente explicó: “Trabajás y a la vez te estás fundiendo. No hay nadie que nos dé una mano. Todo aumentó, el costo de la tasa de estacionamiento de los camiones aumentó. Vale $2500”.

“Los fletes quedaron un poco atrasados, te cobran la playa, todos los costos. El gasoil aumenta una vez por mes –se quejó–. ¡Lindo gobierno tenemos! Nosotros no pudimos subir el costo del flete con respecto a los aumentos que hemos tenido”, contó.

Pérdida de rentabilidad

“Antes se cobraba un 5 u 8 por ciento de lo que se transportaba; hoy no llegás al 2 por ciento. Nosotros no recibimos ni una migaja. Los números que hay son muy malos para el transportista. No tenemos una tarifa que vaya al ritmo de la inflación. Y además tenemos que salir a buscar trabajo por otras ciudades porque acá no hay”, agregó. Luego con tono fuerte señaló: “Lamentablemente la plata de nosotros no sirve, eso es lo peor. Nosotros compramos los camiones con el sueño de poder tener trabajo y hoy en la zona no lo hay. Hoy transpiro todos los meses para mantener el camión”.

En la búsqueda de trabajo

“Hoy por hoy no hay viajes. Nosotros somos 25 camioneros. La rueda es larga para conseguir trabajo. Eso te obliga a salir a buscar en otro lado. En el sur de la provincia el trigo no fue bueno, pero quedó la cebada, que rindió, y eso permitió hacer muchos viajes”, contó Ruiz.

Sin demasiadas vueltas, relató: “Me fui con el camión a trabajar al sur. Allí pude hacer varios viajes a Necochea, Bahía Blanca. Duermo en el camión. Vivimos como los crotos. Comés en el camión, dormís en el camión y te bañás cuando encontrás un baño. Te hacés la comida y te organizás para que la plata te rinda y puedas volver a tu casa para dejarle dinero a la familia. Cocinás con el resto de los camioneros. Nosotros éramos tres los que fuimos al sur a trabajar en la cosecha en Necochea”.

Después repasó cómo fue tomar la decisión: “La gente nos ofreció varios viajes y eso hace que te cierren los números para poder trabajar. Nosotros, como otros sectores que están impactados por la sequía, necesitaríamos un subsidio, que el Estado nos acompañe. Somos muy perjudicados”.

Clase política ramallense

Frente al panorama incierto y ante la consulta sobre si habían tenido un llamado telefónico de dirigentes locales, se despachó: “De la clase política ramallense no te llama nadie. Qué van a llamar. Somos un grupo de trabajadores, pero no les interesa qué nos pasa”.

“Yo me fui a rebuscármela afuera. Para eso tenés que tener todo en orden. Los políticos no miran nada. Hay mucha gente que no nos tienen en cuenta. Hoy las cosas son así, es muy triste la situación del transportista”, concluyó.

- Publicidad - spot_img