El fin de semana en Villa Constitución, al finalizar el encuentro entre Villa Rugby y Roldán RC por la final de la Copa de Bronce del Desarrollo de la Unión de Rugby de Rosario, el juez rosarino Simón Cané sufrió un tremendo golpe de parte de un jugador roldanense, quien fue “desafiliado de por vida” de la entidad. Ambos clubes manifestaron su repudio oficialmente en las redes sociales.
Pero los referees fueron más allá. No podía ser de otra manera. “Los Responsables de Referato de las tres Uniones que forman parte del Torneo Regional del Litoral y la Comisión de Árbitros de la URR, previo diálogo y consenso con los referees referentes en actividad, han acordado suspender, a partir del día de la fecha, las designaciones de los referees de sus Uniones tanto para los torneos regionales como para torneos locales, hasta tanto no se ofrezca un plan de acción concreto a fin de poder erradicar definitivamente la hostilidad hacia los referees en las canchas”, señalaron en un comunicado firmado por 17 referentes arbitrales de las Uniones de Rosario, Santa Fe y Entre Ríos.
“A la violencia verbal que todos los fines de semana se soportan en prácticamente todos los clubes, se suma la reciente agresión física que sufrió el referee rosarino Simón Cané en la final de la Copa de Bronce del torneo de Desarrollo de la URR. Lamentablemente creemos que este repudiable hecho no es aislado, sino que es consecuencia de la falta de acciones concretas y conducentes de los protagonistas en revertirla. Cuando decimos protagonistas nos referimos en general (obviamente hay excepciones) a entrenadores, dirigentes, padres y público que asiste a las canchas. Si permitimos la violencia verbal, tarde o temprano suceden estas cosas. Sólo falta un inadaptado que se deje llevar.
Muchas iniciativas han tenido el Comité del TRL, la URR y los distintos clubes para erradicarla. Todos sin éxito. Probablemente porque mucho de lo que se pregona finalmente no se practica. Podrá haber muchas campañas más, muchas notas e informes, pero si no se concientiza seriamente que:
1) ser referee de rugby es algo sumamente complejo y quien alguna vez agarró un silbato y se paró en el medio de una cancha lo podrá corroborar, 2) que los referee son parte del juego y cometen errores como el resto de los jugadores, no solamente por ser humanos sino porque esa complejidad del juego hace muchas veces sumamente difícil tomar la decisión correcta, y 3) que el referee nunca entra a la cancha con intención de perjudicar a algún equipo; nunca vamos a llegar a una solución de fondo”, concluyeron.