La investigación comenzó en un búnker de Villa Banana, en una de las zonas más marginales y pobres de Rosario, con la mira en el narco peruano Julio Rodríguez Ganthon, actualmente preso en el penal de Marcos Paz, piloto y exintegrante de Sendero Luminoso, y terminó en la detención del expresidente del Puerto de Rosario Gustavo Shanahan, un financista que fue socio y declaró en España que lavaba plata del hijo del expresidente de la Generalidad de Cataluña Jordi Pujol.
Ahora, Shanahan quedó detenido por estar sospechado de lavar dinero del narcotráfico, según la investigación que llevó adelante la fiscalía federal de Rosario y la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar).
El desenlace de esta investigación se aceleró durante las últimas horas, luego de que un efectivo de la Policía Federal Argentina (PFA), que realizaba tareas de inteligencia fue baleado el jueves pasado en Rosario, en un enfrentamiento con vendedores de droga del barrio San Francisquito.
Luego de este incidente, unidades de la PFA allanaron una financiera ubicada en España y Rioja, en pleno centro de Rosario, que pertenece a Shanahan, el financista que dirigió el Puerto de Rosario por más de una década en sociedad con los empresarios catalanes.
El Ministerio de Seguridad de la Nación informó que se realizaron 23 allanamientos, incluso en un lugar donde funcionaba una cocina de drogas y cuatro “cuevas” financieras. Se decomisaron $34.000.000, US$30.572, algo más de cuatro kilos de cocaína, un fusil y pistolas preparadas para ser usadas como subfusiles tácticos.
Según las fuentes judiciales, Shanahan quedó detenido como sospechoso de lavado de dinero del narcotráfico. Personas ligadas a la banda que lidera el peruano Rodríguez Ganthon, acusado de ser uno de los proveedores de Los Monos, compraban dólares y realizaban inversiones en la financiera de Shanahan.
No es la primera vez que este financista está bajo la lupa de la Justicia. Su nombre apareció ligado a la causa por lavado de dinero en la que estaba involucrado el histórico dirigente catalán, a quien el año pasado, cuando cumplió 90 años, el Parlamento de Cataluña lo condenó por “conductas ilegales y corruptas” y le pidieron que devuelva 885.651 euros que, según la Agencia Tributaria, defraudó por la fortuna oculta en Andorra.
Shanahan y Pujol Ferrusola, hijo del político catalán, están actualmente alejados del manejo de Terminal Puerto Rosario, que hoy está en manos de Aotsa –ligada a Vicentin– y Ultramar. La concesión del puerto rosarino implosionó en 2009, con el alejamiento de Guillermo Salazar Boero, entonces presidente de la empresa y principal accionista, quien traspasó su capital a Shanahan.
Terminal Puerto Rosario entró en convocatoria de acreedores con un pasivo que en esa época era superior a los $ 86.000.000, según lo verificado por los síndicos en la causa que estuvo a cargo de la jueza María Andrea Mondelli, titular del Juzgado Nº 14 en lo Civil y Comercial de Rosario. En ese expediente se presentaron a verificar 209 acreedores, que reclamaron en total $220.000.000.
Gustavo Shanahan, contador público, es un hombre muy conocido en el ambiente de los negocios en Rosario, a través de decenas de sociedades y empresas que se crearon para participar en distintos sectores de la vida económica de la ciudad, desde inversiones inmobiliarias millonarias, el manejo de los muelles I y II, participación en el sector financiero, en hotelería y hasta los juegos de azar.
Shanahan ingresó como accionista de TPR en 2005 de la mano del empresario mediático Orlando Vignatti y de Guillermo Salazar Boero. La concesión se había otorgado a Terminal Puerto Rosario en 2003 en plena crisis del puerto, tras la salida de un grupo filipino, y el complejo período posdevaluatorio.
En el pliego se requería que el concesionario tuviera experiencia internacional en el manejo portuario. Por ese motivo, ingresó con acciones clase A un grupo empresario que en Rosario fue presentado como ligado al Puerto de Tarragona. Pero esas empresas se habían creado para presentarse en la licitación. Y tenían un escaso capital. Esto fue cuestionado, incluso, por la propia municipalidad de Rosario.
La cara visible de ese consorcio tarragonés era Luis Badía Chancho, presidente en ese momento de la Autoridad Portuaria de Tarragona. Años más tarde y ante los descalabros que se produjeron en la concesión, el organismo portuario catalán salió a aclarar que nunca había tenido injerencia a nivel institucional en el puerto rosarino.
Badía Chancho, con la espalda de Jordi Pujol Ferrusola, cuyo padre aún gobernaba Cataluña en ese momento, era el lobista de firmas que se habían constituido para la ocasión. Ahora Shanahan, el exsocio de los Pujol, vuelve a estar en problemas, ligado a una trama narco.
Fuente: La Nación