En enero de 2005, Raúl Osiel Marroquín comenzó una serie de secuestros y asesinatos que sacudieron a Ciudad de México. A dos décadas de estos crímenes, su caso sigue siendo un recordatorio de los peligros de la intolerancia y el odio.
Hace 20 años, Ciudad de México fue el escenario de una serie de crímenes que dejaron al país consternado. Raúl Osiel Marroquín, conocido como “El Asesino del Arcoíris”, desató una ola de horror con sus actos de violencia dirigidos específicamente contra la comunidad LGBTQ+.
Su caso, marcado por el odio y la intolerancia, sigue siendo un punto de reflexión sobre los crímenes de odio y la importancia de la inclusión en nuestra sociedad.
A continuación, los detalles de este caso que impactó a México y al mundo.
¿Quién era Raúl Osiel Marroquín?
Raúl Osiel Marroquín, apodado “El Asesino del Arcoíris”, nació en Tampico, Tamaulipas, en 1980. Fue un joven con una infancia aparentemente normal, pero en su adolescencia comenzaron a surgir actitudes problemáticas.
Tras un breve paso por el ejército mexicano, donde adquirió conocimientos de estrategia y combate, Marroquín canalizó su violencia hacia un objetivo específico: la comunidad LGBTQ+.
Modus operandi
Entre enero y diciembre de 2005, Marroquín, junto con un cómplice, organizó una serie de secuestros dirigidos a hombres homosexuales en Ciudad de México.
Utilizaba bares y redes sociales para ganarse su confianza y atraer a las víctimas a su departamento. Una vez allí, las retenía, las torturaba y, en muchos casos, las asesinaba.
De las seis personas que secuestró, cuatro fueron asesinadas de manera brutal. Según sus propias declaraciones, su motivación era el desprecio hacia la comunidad LGBTQ+, un odio que justificaba con argumentos cargados de intolerancia.
La captura y el juicio
Marroquín fue detenido en enero de 2006 gracias a una investigación que vinculó los casos a su modus operandi. Durante su arresto, confesó los crímenes sin mostrar arrepentimiento, lo que dejó perpleja a la sociedad mexicana.
En su declaración, Marroquín afirmó: “Quiero limpiar la sociedad de personas como ellos”.
Estas palabras provocaron indignación y abrieron un debate nacional sobre la homofobia y los crímenes de odio en el país.
Fue condenado a una pena de 60 años de prisión por los secuestros y homicidios, sentencia que cumple actualmente en una cárcel de máxima seguridad.
Un caso que marcó a México
El caso de Marroquín no solo conmocionó por la violencia de sus actos, sino también porque puso en evidencia el peligro que enfrentan las comunidades vulnerables en un entorno permeado por la discriminación.
Este episodio se convirtió en un llamado a la acción para reforzar las leyes contra los crímenes de odio en México. Diversas organizaciones aprovecharon la atención mediática para exigir justicia y mayor protección para la comunidad LGBTQ+.
A 20 años de los crímenes
A dos décadas de los hechos, el caso de “El Asesino del Arcoíris” sigue siendo un recordatorio de que el odio puede tener consecuencias devastadoras.
La historia de Raúl Osiel Marroquín subraya la importancia de construir una sociedad más inclusiva y empática, donde nadie sea juzgado o victimizado por su orientación sexual o identidad.
Hoy, 25 de enero de 2025, su caso sigue presente en la memoria colectiva como un ejemplo de lo que nunca debe repetirse.