Este partido que mezcla con holgura una cultura litoraleña y a la vez pampeana en la que alternan la industria, el campo y el comercio cumple hoy 157 años de historia en los que han transcurrido, junto al esfuerzo de su población por encontrar un destino común, las peripecias propias de la historia argentina y también el progreso resultante del esfuerzo de sus habitantes: de la guerra del Paraguay a la ley del voto universal secreto y obligatorio, de la consolidación de caudillos ungidos por la amplia voluntad popular a la instalación en nuestras costas de una de las acerías más grandes de Sudamérica y sus industrias conexas y del boom de la soja a la incertidumbre de las privatizaciones. De una economía pujante que supo concitar la atención de la inmigración de todo el mundo a la inestabilidad, la desocupación y la pobreza.
A pesar de ello o quizás como reacción ante tamaños desafíos nuestras mayores poblaciones buscan unirse por sus bordes con ramas generosas de casas, comercios y talleres que se van sumando una tras otra en busca de la gran ciudad que nos tenemos prometida en el corazón. Villa General Savio se integra sin prisa, pero sin pausa al cordón industrial que crece a lo largo del Paraná y Pérez Millán persiste en su condición de baluarte industrial y agrícola, actividad ésta última que no altera la calma ni la armonía de la más pequeña de nuestras comunidades cuyo nombre lo dice todo: El Paraíso. La mayor pandemia en la historia de la humanidad no pudo alterar del todo el ritmo febril del trabajo ni la voluntad de los vecinos por superar las penas que trajo consigo la enfermedad.
Los brotes verdes que muchos buscan en la economía se encuentran sin embargo en una inédita producción cultural; medios de comunicación abiertos y plurales, exposiciones, libros, elencos artísticos, producciones teatrales, videos y proyectos educativos que incorporan tecnología y talento a la ardua tarea de la formación de ciudadanía en niños y jóvenes. La sorpresa de estos pagos no es sólo la maravilla del río, sino también los sueños de nuestra juventud.
La dura lección que dejaron en otro tiempo los enfrentamientos políticos debe ayudar en la toma de decisiones: unos gobiernos deben continuar la obra que inician otros y dejar a su vez sembrada la semilla para los que vienen. Existen cuestiones que se pueden asumir sin riesgo por el enorme potencial de nuestra región y otras cuya competencia nos excede con largueza: sin política nacional no hay política local y en este último rubro la educación debe figurar al tope de la agenda.
Sin una moneda que mantenga todo el año su valor a largo de muchos años, sin una política nacional que al tiempo de mantener los derechos del trabajador incentive la producción y el empleo, sin líderes que nos convoquen a todos al esfuerzo y no al sacrificio muchos de nuestros mejores logros y recursos quedarán sólo en buenas intenciones. Junto a una sana administración resulta necesario también tener buenos representantes lo más cerca posible de la mesa donde se toman las decisiones cruciales.
Felicitaciones a todos aquellos que, desde su lugar, importante o humilde, fructuoso o en ciernes, hacen que cada vez que cruzamos hacia adentro los límites de nuestro querido partido de Ramallo nos sintamos en casa.
*Intendente 1987-1997 (mandato cumplido)