“Hay que entender que si el campo produce más, el país crece”, sostuvo Ignacio Kovarsky, presidente de Carbap en diálogo con Radio U. Además, analizó los desafíos que enfrenta el sector agropecuario en un contexto de alta carga tributaria y declaraciones oficiales que “generan desconfianza”.
De la redacción de EL NORTE
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Ignacio Kovarsky, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), habló en el programa ‘Vamos Viendo’ de Radio U 89.9 sobre los problemas que enfrenta el sector agropecuario en un contexto de alta carga tributaria y políticas que, a su juicio, generan desconfianza en los productores. El dirigente expresó su preocupación por la presión impositiva en Buenos Aires y La Pampa, haciendo hincapié en el peso del impuesto inmobiliario rural y las retenciones.
Durante la entrevista, Kovarsky criticó el incremento en el impuesto inmobiliario, que alcanzó un 100% en su cuarta cuota, y cuestionó la falta de resultados concretos que beneficien al sector. Según él, la situación es alarmante, ya que los productores enfrentan una carga impositiva que no se traduce en mejoras visibles en áreas como la seguridad, un tema recurrente en las preocupaciones del agro. “La presión impositiva del productor agropecuario en general, sumando el nivel municipal, provincial y nacional, supera el 70%. Así es muy difícil que el sector agropecuario sea dinámico; se ha convertido en una caja para el Estado y no en una oportunidad”, expresó el dirigente, y subrayó que la falta de inversiones en infraestructura y seguridad genera una gran desconfianza entre los productores. Para Kovarsky, la urgencia de revisar en qué se destina el gasto es clave, destacando que “no solo no hay eficiencia en el gasto, sino que también el gasto es excesivo”.
El presidente de Carbap también abordó la cuestión de las retenciones, que han sido un tema de disputa entre el agro y el Estado. Según él, el Estado debería adaptarse a operar sin estos impuestos, ya que, en su opinión, frenan el crecimiento del sector. “Las retenciones nunca deberían haber existido. Esta idea de que el Estado, ante cualquier necesidad de las personas, tiene que estar presente es infinita. No es posible sostenerlo de esta manera, y el Estado debe aprender a vivir sin ellas”, afirmó. Para ilustrar su punto, comparó a Argentina con países que no aplican este tipo de impuestos y que, según su mirada, han mostrado un desarrollo superior en los últimos años. “Nosotros estamos creciendo solo un 7% en nuestro Producto Bruto Interno, mientras que países como Chile o Uruguay han crecido mucho más sin tener que recurrir a retenciones”, dijo Kovarsky, quien insistió en que, si se reduce la carga impositiva, el agro responderá con una mayor producción.
Por otro lado, las declaraciones del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, sobre la retención de la cosecha por parte de los productores también generaron el rechazo de Kovarsky. En su discurso, Francos había señalado que al recorrer una zona productiva del país había visto “muchas silobolsas” sin liquidar, lo que implicaba una actitud especulativa por parte del sector. Ante esto, Kovarsky fue categórico: “Es totalmente desafortunado e innecesario el comentario. El ahorro de los productores es propiedad privada y cada uno hace con ello lo que quiere. Es increíble que en un gobierno que se autodenomina libertario tengamos que discutir sobre la propiedad privada”. Además, el dirigente rural destacó que los productores usan los silobolsas como una herramienta para manejar sus recursos, algo que consideró legítimo frente a la incertidumbre económica: “La palabra especulación se ha usado para señalar al productor como si estuviera perjudicando al país por guardar grano. La realidad es que cualquiera que pueda ahorrar lo hace para afrontar futuros gastos”.
Más distantes
Kovarsky destacó que estas declaraciones solo aumentan la distancia entre el Estado y el sector, y que se necesita una colaboración más constructiva. En ese sentido, pidió que el agro sea incluido en la toma de decisiones relacionadas con la carga impositiva y las políticas que afectan directamente a la producción. “Nos gustaría que en la construcción de la hoja de retenciones podamos ser parte, porque somos los que ponemos el lomo”, afirmó. Según él, la inclusión del sector en el debate sobre las políticas impositivas permitiría que se puedan aplicar soluciones más ajustadas a la realidad del campo, que enfrenta costos de producción cada vez más altos.
Respecto a las proyecciones para el próximo año, Kovarsky expresó cierto optimismo, a pesar de las dificultades actuales. Confía en que la eliminación del impuesto PAIS y la apertura del cepo generen nuevas inversiones en el sector agropecuario, lo que permitiría renovar maquinaria y aliviar algunos de los costos más elevados que enfrentan los productores. No obstante, advirtió que los precios de los granos en el mercado internacional no son favorables y que eso también impacta en la rentabilidad del sector. Al respecto, dijo que es necesario “barajar las cartas y tratar de jugar con lo que tenemos, siempre esperando que sea para bien”.
Kovarsky también mencionó la problemática de acceso al crédito, señalando que los bancos, en lugar de financiar al agro, han enfocado sus préstamos en el Estado, dejando a los productores en una situación desventajosa para renovar su maquinaria o invertir en sus campos. Para el dirigente, revertir esta tendencia sería un paso importante para que el campo pueda modernizarse y mejorar su producción.