El tramo del recorrido en la provincia de Catamarca tiene 15 kilómetros. Formaciones naturales y pintorescas tonalidades.
Los Seismiles, un conjunto de picos de la Cordillera de los Andes que superan los 6.000 metros de altura en Catamarca, constituye un imán para amantes del montañismo y un atractivo para turistas que disfrutan con su imponente vista y el ambiente del desértico y pintoresco camino que lleva a ellos a lo largo de casi 200 kilómetros desde el último lugar habitado.
Fiambalá es la localidad base para las excursiones a Los Seismiles. Aquí, los visitantes cuentan con servicios turísticos y las fantásticas Termas de Fiambalá, con sus piletas de piedra encajonadas en roca rojiza.
La primera atracción de este tramo de la Ruta 60, y donde hoy nos vamos a detener, es la Quebrada de las Angosturas, en el km 43, que deslumbra a los visitantes con sus colores y maravillas naturales. Este tramo de recorrido tiene unos 15 kilómetros de longitud.
La quebrada serpentea por una zona montañosa y escarpada, bordeada por numerosas geoformas de variados colores, con prevalencia de rojos y amarillos, entre las que se elevan las especies cactáceas de la zona.
El lugar está a 2500 metros sobre el nivel del mar y una de las primeras cosas que impactan en las retinas es la intensa erosión de las piedras, que dan como resultado las tonalidades características. Si bien predomina el rojo, los matices son contrastables y hasta se pueden apreciar formaciones más blanquecinas. El mundo mineral adorna el ambiente, pero también hay una vegetación variada y las especies cactáceas toman su lugar.
El famoso Cerro Triangular, una de las grandes atracciones del sitio, tiene forma de pirámide natural. Durante el periplo por la quebrada, además, se pueden ver los refugios construidos en función de los trabajos realizados en los alrededores para la colocación de asfalto: debido a las condiciones de la zona, las viviendas no abundan.
Desde la ruta también es posible divisar el río Chaschuil, proveniente de la Cordillera de los Andes, así como los vestigios del camino utilizado por la comunidad aborigen que habitó allí en otros tiempos. Parte del gran camino del Inca que atravesaba la región pasó por ahí y, finalmente, se desmanteló sin abandonar algunos toques distintivos para construir la carretera.
Luego, los visitantes recorren la cordillera de la Coipa, hacen escala en Laguna de los Aparejos, Laguna Celeste, y el volcán de Pissis, uno de los tantos picos que maravillan a los recién llegados. (DIB)