El máximo peligro representan para los niños menores de cinco años que se sienten atraídos por su llamativo color o olor agradable.
El envenenamiento con productos químicos domésticos puede ser mortal y es más común en niños menores de cinco años.
Según declaró Yelena Uspénskaya, doctora en ciencias farmacológicas y profesora del Departamento de Química Farmacéutica y Toxicológica de la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos, la situación se agrava por el hecho de que las compañías, fabricantes con el fin de aumentar las ventas, usan el enfoque de ‘marketing’ basado en dar a sus productos unas formas inusuales de encapsulación de colores brillantes y olor agradable que atraen mucho la atención de los niños.
“Los productos químicos domésticos potencialmente tóxicos incluyen limpiadores de cocina y baño, muchos de los cuales contienen ácidos o álcalis fuertes o mezclas que contienen cloro. Incluso si entran en contacto con la piel o se inhalan, pueden provocar graves quemaduras e irritación”, afirma la experta.
Estos son los productos químicos domésticos que pueden representar un peligro para la salud con un uso inadecuado:
- Limpiadores de ventanas y cristales: contienen amoníaco que puede ser tóxico si se inhala en grandes cantidades.
- Detergentes para lavavajillas y lavadoras: contienen sustancias químicas activas que pueden provocar irritación respiratoria y cutánea.
- Limpiadores de desagües: contienen ácidos o álcalis concentrados que pueden provocar quemaduras químicas graves si entran en contacto con la piel o los ojos y quemaduras químicas en los órganos internos si se ingieren.
- Líquidos anticongelantes y limpiaparabrisas: contienen etilenglicol o metanol, sustancias extremadamente tóxicas y hasta mortales si se ingieren.
- Pesticidas, herbicidas y rodenticidas: venenos que se utilizan para controlar insectos, malas hierbas y roedores.
- Pinturas y solventes: representan peligro si se inhalan y entran en contacto con la piel, los ojos o la boca.
“A menudo estos productos no se cierran bien y los niños pueden lamer las gotas. Especialmente si se guardan en un lugar abierto”, dijo el profesor titular del centro científico, educativo y de innovación de tecnologías químicas y farmacéuticas de la Universidad Federal de los Urales, Timoféi Moséyev.
Este experto puso otros ejemplos de los productos domésticos químicos. “El permanganato de potasio: es de un color llamativo, a los niños les encanta, pero es un fuerte agente oxidante. La reacción comienza incluso si simplemente lo inhalas; y si lo bebes, provoca quemadura”, advirtió.
Además, la esencia de vinagre, que fácilmente se encuentra en cocina, puede provocar las quemaduras “hasta causar la discapacidad”, mientras que un termómetro de mercurio, si se rompe, puede provocar la intoxicación con mercurio. “Si este mercurio ingresa al cuerpo en forma de vapor, ya no se excreta”, indicó Moséyev.
¿Cómo ayudar en caso de emergencia?
La profesora Uspénskaya explicó que es muy importante prestar atención al comportamiento del niño para no pasar por alto los síntomas de intoxicación, en cuyo caso los menores se vuelven atónicos, soñolientos, cambia su forma de andar y color de piel (aparece cianosis), las pupilas se dilatan y, a menudo, sienten náuseas.
“Hay que asegurarse de que el niño haya dejado de entrar en contacto con el producto químico y tratar de determinar qué causó la intoxicación, cuánto se consumió o cómo se produjo la interacción con los productos químicos domésticos: inhalación, contacto con la piel, o la ingestión”, indicó la especialista, al agregar que luego hay que proporcionar primeros auxilios:
- Si la sustancia entró en contacto con la piel, enjuagar inmediatamente la zona afectada con abundante agua corriente durante al menos 15 minutos. Quitar la ropa contaminada.
- En caso de contacto con los ojos, enjuagar con agua limpia durante al menos 15 minutos, manteniendo los párpados abiertos.
- Si la sustancia fue ingerida, hay que provocar el vómito, pero es necesario tener en cuenta que los ácidos y álcalis concentrados pueden causar más daño si pasan nuevamente por el esófago.
- Si la sustancia tóxica entró en sus pulmones, hay que llevar al niño al aire libre lo antes posible.
Paso seguido, es crucial buscar ayuda médica profesional: llamar a una ambulancia o ir a un centro de control de intoxicaciones más cercano, llevando consigo una muestra de la sustancia.