El heredero al trono reflexionó sobre cómo estaba sobrellevando la situación mientras compaginaba sus obligaciones como miembro de la realeza con su tiempo en familia, informaron la BBC y otras publicaciones el jueves.
El príncipe Guillermo declaró que este año había sido probablemente el “más duro” de su vida, tras un periodo difícil para la familia real británica en el que tanto su padre, el rey Carlos, como su esposa, Catalina, fueron diagnosticados de cáncer.
En declaraciones a los medios de comunicación británicos al término de una visita a Sudáfrica, el heredero al trono reflexionó sobre cómo estaba sobrellevando la situación mientras compaginaba sus obligaciones como miembro de la realeza con su tiempo en familia, informaron la BBC y otras publicaciones el jueves.
A la pregunta de cómo ha sido su año, Guillermo respondió: “¿Sinceramente? Ha sido terrible. Probablemente ha sido el año más duro de mi vida. Así que intentar salir adelante y mantener todo en marcha ha sido realmente difícil”. Carlos está en tratamiento por un cáncer que le fue diagnosticado en febrero, aunque recientemente ha viajado a Australia y Samoa. Catalina, de 42 años, se sometió a quimioterapia preventiva contra el cáncer este año, y ha descrito previamente un año “increíblemente duro” para la familia.
“Estoy muy orgulloso de mi esposa y de mi padre por haber enfrentado las cosas que han hecho”, dijo Guillermo. “Pero desde el punto de vista personal de la familia, ha sido brutal”. Guillermo fue el anfitrión de la ceremonia anual de entrega de su multimillonario Premio Earthshot en Sudáfrica, y realizó el viaje sin Catalina, que sigue recuperándose de su tratamiento. El miércoles dijo que ella estaba “muy bien”.
Preguntado por su papel como príncipe de Gales, Guillermo dijo: “Es muy importante que con mi papel y mi plataforma haga algo por el bien. Que estoy ayudando a la vida de las personas y estoy haciendo algo que es genuinamente significativo”.
“Disfruto con mi trabajo y me gusta marcarme un ritmo y asegurarme de que también tengo tiempo para mi familia”. El príncipe, que luce barba desde el verano, dijo que a su hija de nueve años no le había gustado.
“A Charlotte no le gustó la primera vez. “Aparecieron las lágrimas y tuve que afeitarme. Y luego me la volví a dejar crecer. Pensé, espera un segundo, y la convencí de que iba a estar bien”.