El área de maternidad del HIGA San Felipe propició un parto inducido con un condimento especial a la felicidad de la mamá interviniente, ya que pudo realizar todo el trabajo previo junto a su intérprete de lengua de señas.
Se trata del primer nacimiento en la historia de la ciudad en el que una persona sorda que cuenta con la garantía de este derecho, que hace propicio que la información necesaria llegue en la modalidad que su manera de comunicarse requiera, para poder también dar aval o preguntar acerca de las intervenciones que suceden en esta práctica tan especial.
“Esta acción es fruto del trabajo conjunto entre Fundación SER y Hospital San Felipe para mejorar el acceso a la atención en salud de las personas sordas”, resaltaron desde el efector. Su directora asociada, Brenda Nuciari, manifestó: “Venimos trabajando para que nuestra maternidad sea un servicio humanizado, empático y sensible a las necesidades de las mujeres que se atienden. Para nosotros es fundamental que el parto respetado no sea algo eventual sino que sea nuestra cotidianeidad. El acompañamiento a esta paciente sorda nos marca el camino”. Además, recordó que ya llevan varias semanas de capacitaciones en lengua de señas para el personal sanitario, en planes de generar este servicio comunicativo en todos los ámbitos hospitalarios.