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miércoles, diciembre 11, 2024
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Presentaron un proyecto en el Concejo para adherir localmente al programa MenstruAR

LA INICIATIVA INGRESÓ EL JUEVES AL HCD

Se trata de la vinculación de los municipios con el Ministerio de la Mujeres de la Nación, para la entrega de copas menstruales acompañadas de talleres. Sobre por qué cree que hay sectores que se oponen a este programa, la concejala del Frente de Todos y promotora del expediente, Bibiana Giglio, respondió a EL NORTE: “Como para esos sectores la política es un negocio, creen que el resto es igual. Son quienes no quieren una sociedad justa. Todo lo que para nosotres es derechos para elles es curro”.

De la Redacción de EL NORTE
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El jueves pasado, ingresó al Concejo Deliberante de San Nicolás un proyecto para adherir localmente al programa MenstruAR. Se trata de la vinculación de los municipios con el Ministerio de la Mujeres de la Nación, para la entrega de copas menstruales acompañadas de talleres, previa capacitación de agentes territoriales. Las personas menstruantes ven afectadas sus rutinas por no contar con los elementos necesarios. Sobre por qué cree que hay sectores que se oponen a este programa, la concejala del Frente de Todos y promotora del expediente, Bibiana Giglio, respondió a EL NORTE: “Como para esos sectores la política es un negocio, creen que el resto es igual. Son quienes no quieren una sociedad justa. Todo lo que para nosotres es derechos para elles es curro”.

Menstruar implica una inversión económica que puede generar dificultades para gestionar adecuadamente el ciclo menstrual. Las personas menstruantes ven afectadas sus rutinas por no contar con los elementos de gestión menstrual necesarios. En ocasiones, esto les impide asistir a establecimientos educativos, de salud, laborales o deportivos, profundizando la desigualdad y acrecentando las brechas de género.

Estado, desigualdad y consecuencias

La impulsora del proyecto explicó: “Los encargados de efectivizarlo son los municipios con el Ministerio de Mujeres. Ponemos el tema en agenda ya que hay otros proyectos en esa línea que no se trataron. El Estado tiene que hacerse cargo de reducir la desigualdad en este aspecto. Es un derecho que tiene que ver con la salud pública y que discrimina a los cuerpos menstruantes debido a la imposibilidad de acceder a los elementos necesarios. Es muy alta la incidencia en la canasta. Por ejemplo en el caso de las personas en edad escolar repercute en inasistencia lo que afecta también en el derecho a la educación, como al trabajo. Hay mitos alrededor de esta cuestión. Lo cierto es que el 70 % de las mujeres no hacen deportes en este periodo”.

“Pasó a la comisión de Salud, género, mujeres, infancias, diversidad y acción social. Es el primer expediente con perspectiva de género que se presenta en esta recientemente renombrada comisión. El municipio tiene que gestionar la asistencia en copas menstruales y capacitación en agentes territoriales. Operativos, con formación. Las copas no se entregan ya. La dirección de Género municipal no participa de mesa de las violencias ni difunde la hoja de ruta que elaboramos, que cuenta con QR.”, amplió.

Respuesta a dichos de Granata

El Plan MenstruAr, que fue anunciado por el Ministerio de la Mujer los últimos días de mayo, recibió las críticas de Amalia Granata desde el momento en que se hizo público. Convencida de que el programa “es un curro”, cuestionó la medida y en los últimos días la comparó de modo absurdo.

Es conocida la postura antifeminista de la diputada santafesina desde que alzó la bandera celeste en contra del proyecto de ley por la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Pero su ideología se trasladó a todos los aspectos que plantea, discute y propone el Ministerio de Mujeres, Diversidad y Género. Esta vez, en una visita a “Desayuno americano”, volvió a arremeter en contra del programa que busca garantizar el acceso a los insumos para la gestión menstrual. Al aire, Granata preguntó: “¿Qué vamos a hacer las personas cagantes? ¿Nos van a regalar papel higiénico?”. En referencia a la presentación del programa por parte de la ministra Ayelén Mazzina, la legisladora continuó: “Ella habla de personas menstruantes, ¿y las personas que hacemos caca, que somos todos, tenemos derecho a exigirle al estado que nos regale papel higiénico?”.

En un programa anterior ya se había manifestado al respecto y aseguró que el ministerio encabezado por Ayelén Mazzina debe ser cerrado inmediatamente y que espera que el próximo dirigente del ejecutivo nacional tenga el valor suficiente para dar fin a la cartera de Mujeres.

Consultada sobre por qué cree que hay sectores que se oponen a este programa, respondió: “Es terrible las cosas que dice Granata, sobre todo siendo mujer cuando se refiere a los temas de género. Pero todo su espacio piensa así. Como esos sectores hacen negocios con todo, para elles la política es negocio, creen que el resto es igual. Y son quienes no quieren una sociedad justa. Todo lo que para nosotres es derechos para elles es curro”.

Brecha de género y canasta

Es importante señalar la brecha de género —ya que la distribución desigual de los ingresos se basa en razones de género— y ofrecer un panorama de los gastos que requiere la gestión menstrual, mes a mes, con datos precisos.

Ecofeminita desarrolló una serie de cálculos estimativos acerca de la cantidad total de personas que menstrúan en el país y también del presupuesto que se destina a ello. Esto solo incluye los insumos de gestión menstrual actualizados al mes de marzo de 2023 y deja fuera los gastos de las pastillas, estudios y atención médica que puede requerir, normalmente, el control de la menstruación y los dolores que aparecen.

El precio promedio de las toallitas es de $38.17 por unidad y de $42.47, los tampones. El gasto anual por persona se calculó teniendo en cuenta 13 ciclos por año y 22 unidades de productos utilizados por ciclo: $10.915 y $12.146, respectivamente.

Si se contabilizaran también los medicamentos para aliviar los dolores menstruales, se debería tener en cuenta la caja de comprimidos de ibuprofeno que ronda unos $700. Si resulta, además, que el período es irregular, lo más probable es que se receten pastillas anticonceptivas, que suelen estar cubiertas por las obras sociales y las dan en hospitales públicos, pero también hay personas que terminan adquiriéndolas por particular.

Más que copas menstruales

También se deben considerar en esta problemática ´las otras menstruaciones´: las experiencias de personas LGBTIQ. Conocemos el relato de las mujeres cisgénero heterosexuales pero hay un terreno invisibilizado, como es el de las vivencias del colectivo LGBT. “Menstruar es un derecho al que muchas mujeres, varones trans y personas no binarias no pueden acceder”, marcó la ministra Ayelén Mazzina.

En el proyecto legislativo local se detallaron entre las consideraciones aspectos como: que las personas menstruantes ven afectadas sus rutinas por no contar los elementos necesarios, que estos productos pueden ser hasta 50% más costosos que el promedio de los valores de otros de la canasta básica y que en un hogar puede haber más de una persona menstruante.

El nuevo proyecto del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad busca dar continuidad a la Línea de Gestión Menstrual implementada en 2.022, que permitió instruir a más de 1.500 personas en la temática y entregó más de 10.000 copas menstruales a lo largo del país.

En el marco de la presentación del Plan MenstruAr, se presentó el cuadernillo “La gestión menstrual como derecho” con herramientas para su abordaje desde una perspectiva de género. Además, se dio a conocer el informe “Diagnóstico sobre uso y percepción de insumos de gestión menstrual”, con marco legal y sugerencias de implementación de políticas públicas sobre gestión menstrual. Ambos materiales están dirigidos a organizaciones sociales y gobiernos locales que deseen abordar la temática desde una perspectiva de género, diversidad y discapacidad.

Datos en Argentina

Según datos del informe “Diagnóstico sobre uso y percepción de insumos de gestión menstrual” de 2021, hay más de 12 millones de personas menstruantes en todo el país.

En total, el 75 por ciento de las personas encuestadas utiliza toallitas descartables (60 por ciento) y tampones (15 por ciento). Sin embargo, entre el 40 y el 50 por ciento de la población desconoce los efectos secundarios que tiene el uso de estos productos sobre la salud y su impacto ambiental.

Más del 95 % de las personas considera que el Estado debería eliminar el IVA de los productos de gestión menstrual, así como distribuirlos de forma gratuita en escuelas, cárceles y centros comunitarios. En este sentido, el 43 % manifestó que por razones económicas se ha visto en la necesidad de modificar sus hábitos de consumo de estos productos.

Con frecuencia, algunas personas han limitado su participación en distintas actividades recreativas (50 %), educativas (35 %) y laborales (22 %) durante el ciclo menstrual.