Durante 2024, 192 estudiantes de escuelas técnicas de San Nicolás y Ramallo realizaron sus prácticas profesionalizantes en Ternium. Cumplieron un total de 200 horas en sectores clave de la planta industrial General Savio con la guía de más de 50 tutores, quienes desempeñan un rol fundamental en su capacitación y formación.
De la redacción de EL NORTE
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“Pasar de la teoría a la práctica”. “Abrir la mente sobre el mundo laboral”. “Expandir lo que aprendí en la escuela”. “Me ayudó a definir qué quiero seguir estudiando”. “Una experiencia hermosa”. Voces como ecos que coinciden: las prácticas profesionalizantes en Ternium Argentina son una experiencia transformadora de principio a fin.
Este año, 192 alumnos de todas las especialidades realizaron sus prácticas en 17 sectores de la planta: Talleres Centrales de Mantenimiento, Talleres Zonales, Líneas de Producción, Laboratorios, Central Termoeléctrica, Mantenimiento de Sistemas, Intendencia, Ingeniería de Diseño y Construcción.
Bajo este esquema, los estudiantes cumplen con un total de 200 horas en sectores clave de la planta industrial General Savio con la guía de más de 50 tutores, quienes desempeñan un rol fundamental en su capacitación y formación. Además, como parte esencial del aprendizaje, cada alumno recibe 16 horas de capacitación en Seguridad Industrial.
Fernando Favaro, Director de Relaciones con la Comunidad de Ternium Argentina, sostiene que las prácticas consisten en unir la teoría de lo que vienen aprendiendo en la escuela con la tecnología de la planta. “Es el desafío de trabajar en una gran industria. Y los estudiantes lo logran durante 200 horas, nada menos. En Ternium confiamos que la educación abre puertas y las prácticas son un elemento fundamental del programa Gen Técnico Roberto Rocca”, explica.
Raúl Leiva, tutor del área de Mantenimiento de Sistemas, explica que una vez que los estudiantes ingresan a los sectores, ya su tarea está enmarcada en un sistema de producción, en el que todos los que intervienen tienen que cumplir con un objetivo para que pueda fabricarse el producto. “Todo esto nutre a los chicos con una experiencia que no se vive en las escuelas”, agrega.
En primera persona
“Las prácticas me ayudaron a comprometerme con cumplir un horario, a entender el valor de trabajar en equipo y a cumplir con los objetivos de trabajo en las tareas cotidianas. No solamente hacer, sino hacerlo bien”, sostiene Brisa Machuca, que estuvo en Laminación en Caliente y cursa sus estudios en el Instituto Privado Fray Luis Beltrán. Candela Martín, de la Escuela Técnica 1 de Villa Ramallo, coincide: “Fue una experiencia hermosa, trabajando en equipo pero sobre todo tomando conciencia de la dimensión de esta planta industrial, la más grande del país. Todas esas tareas que hacíamos en la escuela, multiplicadas a una escala gigante”.
Al igual que Candela, Tomás Vargas, de la Escuela Técnica 2 de San Nicolás, tuvo su práctica en el laboratorio de Acería: “me aportó un sentimiento de disciplina y compañerismo. Nosotros vemos cómo podemos contribuir con las tareas y ellos nos van enseñando las tareas y nos complementamos, buscando alcanzar los objetivos de la mejor manera”.
Desde hace 18 años, alrededor de 180 estudiantes de escuelas técnicas de San Nicolás y Ramallo desarrollan sus prácticas profesionalizantes en nuestras plantas. Esta iniciativa forma parte del programa Gen Técnico Roberto Rocca, que se complementa además con capacitación docente y apoyo en infraestructura y tecnología para los establecimientos educativos de la comunidad.