La demora se debe a la comparación de datos entre el RASE y el Indec para determinar qué hogares seguirán recibiendo asistencia en sus facturas. El objetivo oficial es dirigir la asistencia directamente a quienes la necesiten
El Gobierno retrasó la eliminación de los subsidios en las tarifas de luz y gas, inicialmente planeada como parte de su estrategia para lograr un superávit fiscal. La introducción de la Canasta Básica Energética (CBE), originalmente esperada para abril y luego reprogramada para mayo, ahora se postergó para junio o julio.
Fuentes oficiales del sector energético han informado que el retraso se atribuye a la complejidad del cruce de datos requerido para decidir qué hogares seguirán recibiendo asistencia en sus facturas de energía.
La planificación del ministro de Economía, Luis Caputo, contemplaba una reducción de 0,5 puntos del PBI este año en el gasto de subsidios a las tarifas, a lo que se agregarían otros 0,2 puntos del PBI por el transporte en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), lo que suma entre USD 2.500 y USD 3.000 millones.
Sin embargo, el deterioro de la situación social lo llevó a buscar una calibración diferente en el ajuste.
El compromiso con el Fondo Monetario Internacional (FMI) implicaba aumentos del 200% en las tarifas de electricidad y del 150% en las de gas, con el objetivo de que para abril las facturas cubrieran completamente el costo de la energía, excepto para los hogares “vulnerables”. No obstante, 7 de cada 10 usuarios seguirán pagando menos del 10% del costo del servicio, ya que se decidió aplicar este ajuste a los usuarios de altos ingresos, comercios e industrias.