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San Nicolás de los Arroyos
jueves, diciembre 12, 2024
Edición Diaria
Edición N°

POR UNA IGLESIA MÁS ABIERTA, PARTICIPATIVA, MISIONERA Y UNIDA

En respuesta al llamado del Papa Francisco a transitar el Sínodo de la Sinodalidad, la comunidad de La Rioja inició la fase diocesana de esta propuesta universal que tiene como ejes “comunión, participación y misión”.

La misa de apertura fue presidida por el obispo, monseñor Dante Gustavo Braida, en la parroquia Señor del Milagro. En su homilía, el prelado comenzó destacando la importancia de los bautizados en la Iglesia, donde “cada uno de ellos tiene un lugar” y tiene que participar de su misión “con los talentos que ha recibido”.

“Para ser fiel a su misión y para que en la Iglesia todos participen de esa misión, necesita volver constantemente a centrarse en su Señor y Salvador: Jesucristo. Para que, de ese modo, pueda reflejar e irradiar su amor, su presencia en cada una de sus obras y estar atento a las necesidades del Pueblo”.

En referencia al Evangelio, el obispo destacó que Jesús, a la vez que camina junto al pueblo, está atento “a quien más necesita ser atendido: Bartimeo, el mendigo ciego”.



La Iglesia, continuó, “tiene la misión de estar muy unida a Jesús y ayudar a que todos se encuentren con él, especialmente quienes están en situación de marginalidad o de sufrimiento, como lo hicieron los que acompañaban a Jesús y permiten que el ciego se acerque a Él”. Primero, advirtió, “se comportaban como muros que no permitían el acercamiento”, pero luego “se convirtieron en puentes que ayudaron al encuentro de Bartimeo con el Señor y la posibilidad de que llegue a él la salvación”.

Monseñor Braida se centró luego en el significado del sínodo: “Caminar todos juntos en la Iglesia, cada uno con sus cualidades, con sus diferencias pero animados y unidos por el mismo Espíritu Santo”, detalló, al tiempo que reconoció: “La realidad es que muchas veces como Iglesia no caminamos juntos, o no estuvimos o estamos cerca de los demás o no estamos abiertos a dar espacio a todas las personas. Así muchos se han alejado”.

“Por eso el papa Francisco nos invita a tomarnos un tiempo para reflexionar sobre este caminar juntos: Y ver cómo estamos, y cómo podemos crecer inspirados por el Espíritu Santo para ser una Iglesia más abierta, participativa, misionera y unida”, animó.