Desde la llegada de la pandemia, las agencias de remises vienen sufriendo distintos conflictos que hacen que en la ciudad no se pueda dar atención rápida a la demanda que se ha generado. Las variables que atentan contra el normal servicio se pueden basar en tres ejes principales: seguridad, caída del empleo y el cambio de frecuencia de los colectivos.
A este medio llegaron muchas consultas por la alta demora que tienen todas las agencias remiseras de San Nicolás a la hora de pedir un remís. Desde la llegada del coronavirus, este rubro, al igual que muchos, sufrió y sigue sufriendo la debacle económica que se ha generado debido a la pandemia.
EL NORTE pudo dialogar con responsables que explicaron por qué se producen estas demoras, que muchas veces llegan a tener más de tres horas de espera. Los motivos son varios, pero pueden segmentarse, principalmente, a cuestiones de seguridad, caída del empleo dentro de esta actividad y los horarios de los colectivos que debieron adaptarse a las disposiciones de las restricciones por la COVID-19.
El referente de los remiseros, Héctor “Pato” Bottazzi, aseveró a este diario que “es un cúmulo de cuestiones. Primero los cambios que sufrieron los horarios de colectivos que hizo que muchos nicoleños optaran por tomarse un remís porque no les quedaba cómodo ninguno de los horarios de las líneas de colectivos. Hoy sabemos que nuestro servicio no es el adecuado para la gente, hay que realizar un ordenamiento interno para poder afrontar esta situación”.
De inmediato, Bottazzi agregó que “por ejemplo, ya no es rentable para los dueños de los vehículos alquilar los mismos porque generan menos ingresos. Entonces, los dueños eligen manejar ellos y por ahí el coche que vos veías de día y de noche hoy solo hace un turno y eso se traduce en un auto menos para el nicoleño”.
Con una inflación que come los sueldos, el remisero que necesitaba un viaje para comer en el día hoy necesita seis. Muchas familias dependen de este trabajo y el inconveniente se genera por no poder lograr los ingresos necesarios para vivir. “Tras que ha habido una caída en el empleo en este rubro, los choferes que quedaron tienen más dificultades para llegar a fin de mes. Yo hace 28 años que vivo de esto y la situación es cada día más difícil”, esbozó Bottazzi.
También, consultada por este diario, la responsable de una remisería local, Liliana La Fuente, argumentó que “además de las cuestiones económicas, cuando llegó la pandemia la mayoría de las remiserías sufrimos una caída del personal de casi el 40%. Ya sea porque era gente mayor que no podía salir a la calle o porque el año pasado fue literalmente nulo lo que pudimos trabajar. No teníamos ingresos, pero había que pagar igual los gastos, por lo que muchos salieron a buscar otra fuente de trabajo”.
“Otro tema que también afectó la normal demanda que teníamos es la cuestión de la seguridad. En medio de una pandemia hay muchos ciudadanos que prefieren tomarse un remís y evitar un colectivo donde va mucha gente. De a poco se está tratando de solucionar esta problemática, pero aún la pandemia no nos permite levantarnos del todo”, añadió La Fuente.
Polémica ordenanza
En cuanto a las preocupaciones que ya tienen los remiseros nicoleños, la ordenanza aprobada el 24 de junio pasado sigue latente entre los trabajadores de este rubro. Más allá de la gran iniciativa que ha tenido este proyecto, que es muy útil tanto para quienes viven de esta actividad como para los usuarios, hay un punto específico que no consensuaron todas las partes.
En específico, se trata de artículo 45 de la ordenanza N° 10.294, que modifica el servicio de taxis y remises de la ciudad. Allí se habla de una renovación de los vehículos que prestan estos servicios. Según explicó el presidente del Honorable Concejo Deliberante, Sergio Ponce, “se buscará que los vehículos sean de menor antigüedad. Está previsto que dentro de cinco años, los vehículos tengan como máximo 10 años de antigüedad. Actualmente es de 15 años. Durante los próximos dos años no se modificará la antigüedad de los vehículos. En los dos años siguientes se pasará de 15 a 13 años y recién en 2026 se exigiría que sean de 10 años. La intención es ir renovando paulatinamente el parque automotor”.
El descontento fue tan grande entre los remiseros que provocó una manifestación y toma del Concejo por más de cinco horas. Luego de idas y venidas, se logró consensuar que se haría una modificación al respecto. Sin embargo, con la ordenanza aprobada se tendrá que hacer otra más modificando ese artículo que perjudica a los trabajadores de esta actividad.
El intendente Manuel Passaglia tuvo que salir a apagar el incendio y se reunió en el Palacio Municipal para llegar a un acuerdo con los remiseros. Habría sido fructífera, pero aún no hay novedades al respecto. Debido a ello, el concejal oficialista, Danilo Petroni, ingresó al HCD una ordenanza que modifica el artículo en cuestión el cual expresa que ningún vehículo que preste alguno de los servicios de taxis y remises podrá exceder los 15 años de antigüedad.
“El problema se generó en el Concejo y es este honorable cuerpo el que debe resolver la problemática. Que el Poder Ejecutivo deba intervenir es grave y es por eso que propongo este proyecto para que no haya más conflictos”, argumentó Danilo Petroni una vez ingresado el expediente en la última sesión ordinaria, celebrada el pasado jueves.
“Estamos muy agradecidos con el concejal Petroni, nos costó mucho conseguir los años de antigüedad necesarios para poder vivir de este rubro. Esperamos con ansias y esperanza que se pueda aprobar y así estar más tranquilos”, afirmó Bottazzi a este medio.
“Yo soy propietario de un remís, si me hacen cambiar el auto cada vez por uno más nuevo no voy a poder comer. Suerte que llego a fin de mes, imaginate si tengo que invertir un millón y medio de pesos mínimo para poder trabajar. Es una locura y no entiendo el motivo, temo por mi trabajo y mi familia”, expresó con tristeza un remisero que se encontraba realizando la manifestación el pasado 24 de junio.