Según informaron fuentes del nosocomio provincial, subieron un 30 % las internaciones de niños de entre 1 y 3 años por causas directamente vinculadas al humo proveniente de las islas. En la última semana también aumentaron un 50 por ciento las consultas por problemas respiratorios a raíz de los incendios en la zona del Delta. Hasta la llegada de las lluvias, el aire que respiramos los nicoleños tuvo valores peligrosos para la salud, no solo de quienes cuentan con factores de riesgo sino de toda la población.
Las internaciones y consultas de vecinos de San Nicolás aumentaron entre un 30 y un 50 por ciento en los últimos días a raíz de complicaciones respiratorias producidas por el humo que llegó a la ciudad tras los incendios en el Delta.
Según informaron fuentes del Hospital San Felipe, subieron 30 % las internaciones de niños de entre 1 y 3 años por causas directas del humo en la zona. En tanto, también en el sector de Pediatría, las consultas crecieron un 50 % con problemas en las vías respiratorias altas.
Asimismo, creció un 20 % la cantidad de hisopados realizados por irritación nasal, dolor de garganta, rinitis, alergias también asociadas al efecto del humo.
En la guardia médica se vio incrementado en la última semana en un 50 % las consultas de personas con broncoespasmos y diversas complicaciones respiratorias.
“En los últimos días, a la altura de San Nicolás se desató un incendio muy importante que comenzó con 70 hectáreas y pasó a abarcar una dimensión de 7000, lo cual contaminó el aire en ocho veces de acuerdo con los valores permitidos”, sostuvo Matías de Bueno, desde el Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
“Ese humo tuvo valores peligrosos para la salud no ya de quienes cuentan con factores de riesgo, sino de todos. La medición dio que en ese rato, la concentración de partículas viciosas estuvo arriba de 200 microgramos por metro cúbico de aire, cuando lo recomendable es no más de 12. Por eso, y por un rato, hubo gente que sufrió picazón en la garganta y ardor en los ojos”, según estimó este jueves el titular de la Estación Sistema de Alerta Temprana, Jorge Giometti.
El especialista explicó que con las intensas precipitaciones –cayeron más de 80 milímetros–, “el aire se limpió y la atmósfera quedó en perfectas condiciones, sin contaminantes en el ambiente”. Sin embargo, el especialista lamentó que el déficit hídrico vaya a mantenerse en la región: “Tendremos un 30% menos de las precipitaciones esperadas para la región, aunque habrá tormentas intensas y temperaturas altas. Todo, sumado a que el Paraná seguirá estando debajo del nivel necesario, porque en los estados brasileños de Paraná y Mato Grosso tampoco lloverá lo deseado”.
En números
– 7000 son las hectáreas que se quemaron en San Nicolás.
– 30.000 hectáreas desaparecieron en una semana en la zona por efecto del fuego.
– 50 veces más fue la suba de las consultas de los vecinos por problemas respiratorios.
– 30 % fue el incremento de internaciones en niños de 1 a 3 años por causas directas del humo.
– 8 veces más de lo permitido por la OMS fueron los parámetros que se analizaron de humo en San Nicolás.
Controles
El equipo del Laboratorio Móvil del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) llegó a San Nicolás para realizar controles en la calidad del aire para evaluar el impacto ambiental que provocó los incendios en el Delta.
Del operativo participaron el director ejecutivo del OPDS, Juan Brardinelli, la presidenta del Consorcio de Gestión del Puerto de San Nicolás, Cecilia Comerio, y la subsecretaria de Emergencias del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Alicia Salman. Después se reunieron en el edificio del puerto para analizar los pasos a seguir.
Se resaltó el trabajo de los bomberos de la Provincia que desde hace varios días vienen luchando con el fuego pese a las condiciones adversas del lugar.
El equipo móvil toma muestras de dióxido de azufre, material particulado PM10 y monóxido de carbono, que son tres gases de combustión provocados por estos focos de incendio. Una vez tomadas las muestras, se analizan en el laboratorio para comprobar en qué medida pueden afectar a la población y a la biodiversidad.