El fiscal Leonel Gómez Barbella pidió la elevación a juicio de la causa por el homicidio del joven futbolista de Barracas Central Lucas González, en la que por ahora están imputados 14 policías de la Ciudad por el crimen en sí y por el encubrimiento.
El fiscal acusó al inspector Gabriel Alejandro Issasi, al oficial mayor Fabián Andrés López y al oficial Juan José Nieva como coautores de los delitos de “homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía, por placer, por odio racial, por el concurso premeditado de dos o más personas y por cometerse abusando de su función o cargo por un miembro de una fuerza” por la muerte de Lucas González.
Pero, además, les reprochó “tres tentativas de homicidio agravado por las mismas causales; falsedad ideológica y privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley”, por los sobrevivientes que acompañaban a la víctima mortal.
Por el encubrimiento, Gómez Barbella acusó al comisario inspector Daniel Alberto Santana; a los comisarios Rodolfo Alejandro Ozán, Fabián Alberto Du Santos y Ramón Jesús Chocobar; el principal Héctor Claudio Cuevas; los oficiales Sebastián Jorge Baidón, Jonathan Alexis Martínez, Ángel Darío Arévalos y Daniel Rubén Espinosa; el comisario de la División Sumarios y Brigadas Juan Horacio Romero y el subcomisario Roberto Orlando Inca.
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A estos últimos les imputó los delitos de “falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley, encubrimiento agravado por la condición de funcionarios públicos y por ser el delito precedente especialmente grave e imposición de torturas”.
Unos y otros están actualmente bajo prisión preventiva. El dictamen acusatorio les endilga “conductas ilícitas planificadas y ejecutadas por funcionarios públicos con el afán de manipular a su antojo el sistema judicial con fines absolutamente ilegítimos”.
“Las pruebas obtenidas permiten afirmar que el homicidio de Lucas González y la tentativa a los tres restantes jóvenes son la consecuencia voluntaria y querida (dolosa) de un plan o pacto previamente elaborado y en el que Issasi, Nieva y López, participaron de manera activa”, sostuvo Gómez Barbella.
Tras el homicidio, los demás acusados alteraron la escena de los hechos “para aparentar que se había tratado de un ‘enfrentamiento armado’, colocando para ello un arma de utilería en el interior del rodado” en el que viajaban los chicos”.
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En ese contexto, los imputados “aplicaron tormentos y sufrimientos físicos y psicológicos a Lucas y dos de sus amigos, a quienes también privaron ilegítimamente de su libertad y les profirieron mensajes discriminatorios”.
Issasi, Nieva y López, acusados por los disparos que causaron la muerte, “pusieron en movimiento la estructura institucional de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires otorgando datos falsos, a sabiendas de lo que realmente había acontecido”.
El ataque a las víctimas fue “irracional e injustificado”, puesto que “no existió accionar alguno de los niños que pudiera ser considerado sospechoso, como lo alegaron los imputados, ni elemento que pudiera ser interpretado equívocamente como que podrían atentar en su contra”.
Las querellas ya habían pedido la elevación a juicio y ahora será el turno de las defensas, quienes pueden oponerse. De todos modos, la decisión final está a cargo de la actual jueza del caso, Paula Verónica González.
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