La investigación desarrollada por el Times Higher Education (THE) y el Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina y el Caribe registró que la educación superior se centra más en medir el acceso de las mujeres que en hacer un seguimiento de sus resultados y tasas de éxito.
De la Redacción de EL NORTE
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La igualdad de género ha experimentado algunos avances en el último tiempo. Sin embargo, todavía queda mucho por lograr, pues las mujeres aún deben hacer frente a violencia y discriminación. En general, las mujeres reciben salarios más bajos y tienen un menor nivel de acceso a la educación comparadas con los hombres. En este contexto, las instituciones de educación superior pueden ser agentes de cambio cruciales. Pueden garantizar que las estudiantes tengan las mismas oportunidades en cuanto a solicitudes, admisiones y tasas de finalización de estudios. Pueden impartir planes de estudio que promuevan la igualdad y la equidad de género, así como la representación paritaria. Mediante su investigación, pueden sacar a la luz desigualdades como la discriminación de las mujeres, y garantizar que sus conjuntos de datos incluyan el punto de vista de las mujeres. Además, las universidades y colegios universitarios pueden abordar la desigualdad de género en la sociedad en general, mediante la colaboración con proyectos de divulgación que apoyen a las mujeres.
El informe Igualdad de género: cómo se desempeñan las universidades del mundo afirma que “las universidades se centran más en medir el acceso de las mujeres a la educación superior que en hacer un seguimiento de sus resultados y tasas de éxito”.
NECESIDAD DE SEGUIMIENTO
Esta investigación fue desarrollada por el Times Higher Education (THE) y el Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina y el Caribe. En la práctica, menos de dos tercios de las universidades hacen un seguimiento de las tasas de graduación de las mujeres. Aunque lograr el acceso de más mujeres a la educación superior es un aspecto crucial de la igualdad de género, como se refleja en la meta 4.3 del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, prácticamente resulta redundante. Especialmente cuando no se produce un seguimiento.
Los números iniciales de mujeres son más significativos que los de hombres que comienzan estos cursos. Sin embargo, las profesiones que eligen tras graduarse no son necesariamente en ámbitos relacionados con las STEM.
Respecto a los indicadores de las políticas y servicios de las universidades, no solo respecto al progreso de las mujeres sino en otros factores como la antidiscriminación y otras políticas de igualdad de género, la mayor parte de las instituciones declaran inicialmente que poseen estas medidas. Sin embargo, de acuerdo con los datos recogidos por THE y el UNESCO-IESALC, el porcentaje de universidades que pueden aportar documentación relevante es a menudo muy inferior.
Esto no significa que no existan políticas o servicios en las instituciones educativas en el nivel terciario que combatan otras áreas de la desigualdad de género. Por el contrario, podría ser que las universidades y colegios universitarios careciesen de los recursos para hacer un seguimiento de estas medidas.
PROGRAMAS QUE FOMENTEN LA TOLERANCIA
De acuerdo con la Dra. Bhavani Rao, titular de la Cátedra de la Unesco sobre Igualdad de Género y directora del Centro por el Empoderamiento de las Mujeres y la Igualdad de Género en la Universidad Amrita Vishwa Vidyapeetham, una institución miembro de la iniciativa Impacto Académico de las Naciones Unidas (UNAI, por sus siglas en inglés) en la India, parece que las instituciones de educación terciaria no están haciendo demasiado más allá de sus recintos. Según la Dra. Rao, es evidente que “[las universidades] pierden la pista de lo que ocurre con las mujeres que se gradúan en sus programas.”
La Dra. Rao añadió que, aunque el problema de la desigualdad de género es sistémico, las universidades y colegios universitarios pueden desempeñar un papel importante como organizaciones y activistas. En su opinión, una de las cosas más importantes que puede hacer una institución de educación superior es diseñar su programa educativo para incluir tópicos relacionados con la igualdad y equidad de género. Fomentar la tolerancia y concientizar es el primer paso para hacer avanzar este movimiento.