Con las elecciones primarias atrás y un menú electoral con menos espacios en carrera, ahora los candidatos buscan captar en octubre los votos que fueron para otras listas u opciones en agosto. Desde 2011, el passaglismo casi siempre sumó puntos en la elección que reparte los cargos. La excepción fue en 2015. Por el lado del kirchnerismo el saldo fue negativo en 2019 y tras la quíntuple interna de 2021. Aunque no en 2017.
De la redacción de EL NORTE
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En la segunda campaña electoral, la que habiendo dejado atrás las primarias abiertas conduce a las decisivas generales, los candidatos buscan –en rigor, lo necesitan– mejorar sus números para ser competitivos. La circunstancia de que hay menos listas en carrera es lo que, a un mismo tiempo, los obliga a crecer y les permite crecer. Hay escenarios y dinámicas diversas: en algunos casos los votos extra pueden provenir de nóminas de su mismo espacio que derrotaron en las primarias; en otros, de espacios que quedaron afuera de competencia. También del electorado apático que no fue a votar o votó en blanco.
No por trillado y repetido hasta el cansancio deja de ser cierto: para las listas que siguen en carrera hacia las elecciones generales las PASO son verdaderamente una gran encuesta. Y el desafío es el de mejorar esos números a través de la segunda campaña, en la segunda ronda electoral.
Desde su control del municipio a partir de 2011, el passaglismo viene cumpliendo con la consigna de crecer entre elección y elección. Lo logró en cada turno electoral. Excepto en 2015, elección que sin embargo le valió la reelección a Ismael Passaglia.
Por el lado del kirchnerismo, tomado para este análisis como el grupo que desde 2017 tiene como referente a la camporista Cecilia Comerio, la regla general viene siendo el decrecimiento. Así fue en 2019 y 2021 Aunque no en 2017.
Passaglismo
En los seis turnos electorales contenidos entre 2011 y 2021, el passaglismo tuvo cuatro internas y dos contiendas con lista única. En todos los casos sus listas mejoraron los números entre las PASO y las generales. Pero no siempre logró conservar los puntos porcentuales de su espacio tras una contienda interna.
Cuando Ismael Passaglia resultó electo Intendente por primera vez en 2011 fue con una adhesión del 46,43%. En la ronda primaria de aquel año, había sumado 22,89 puntos de los 35,17 reunidos por el espacio: es decir que respecto de los votos que habían ido para su lista en las PASO sumó 24 puntos (de 22,89 a 46,43). Y medido en términos de espacios, logró un saldo positivo de 11 puntos (de 35,17 a 46,43).
Las legislativas de 2013 serían de signo negativo: fue la única elección en que no ganó el actual oficialismo local. Sin embargo, el saldo entre PASO y generales fue de signo positivo. La lista de concejales del passaglismo sumó 17,12% en las primarias, en las que logró imponerse. Y en las generales de octubre el saldo también fue a favor: el espacio había tenido una adhesión del 26,13% en las PASO y en las generales cosechó 29,78 puntos porcentuales. Creció 3 puntos. No obstante, aquel año ganó el Frente Renovador.
En los comicios de 2015, que valieron a Ismael Passaglia la reelección al frente del Ejecutivo Municipal, el saldo post PASO fue de signo negativo: aunque en las generales lo votaron 7 mil electores más que en las PASO (48.765 contra 37.460), en términos porcentuales medidos en función del espacio, terminó resignando 4 puntos: fue reelecto con la adhesión del 55,15% del electorado que fue a votar en las generales, cuando dos meses atrás la interna de la agrupación política había cosechado 59,48 puntos.
En los turnos electorales de 2017 y 2019, el oficialismo local no tuvo rivales internos. E igualmente logró crecer entre las primarias y las generales: en las legislativas de 2017 el saldo positivo fue de 6 puntos (38,47 en las PASO y 44,29 en las generales); y en las elecciones de 2019 en las que Manuel Passaglia fue electo Intendente el balance fue también de más 6 (49,14 en las primarias y 55,40 en las generales).
El último antecedente completo es el de 2021. El passaglismo se quedó con la interna en las primarias con 33,04 puntos, lo que representó el 71,44% de los 46,25 puntos logrados por Juntos por el Cambio. Después, en las generales, el espacio sumó 2 puntos: aquellos 46,25 puntos se convirtieron en 48,16.
Del otro lado
A partir de las elecciones de 2017, el máximo protagonismo electoral del peronismo en San Nicolás está en la conducción de Cecilia Comerio, dirigente de La Cámpora. En las tres experiencias electorales de 2017, 2019 y 2021, hubo para ellos un saldo positivo y dos negativos en cuanto a la consigna de crecer entre las PASO y las generales.
En 2017 Unidad Ciudadana (así se llamó entonces el que después fue Frente de Todos y ahora Unión por la Patria) tuvo una adhesión de 30,62 puntos porcentuales en las primarias. Fue a través de una interna entre dos listas. Ganó la que encabezó el camporista Germán Jaime. Y en las generales el espacio logró un 31,21%: creció, aunque algo menos de un punto.
En 2019, el saldo fue de signo negativo para el kirchnerismo nicoleño entre las PASO y las generales. En la primera de las instancias, la lista única que encabezó Cecilia Comerio como precandidata a Intendenta sumó 37,25 puntos. Y en las generales, aunque sumó unos 1500 votantes, el saldo fue un retroceso en términos porcentuales: se quedó en 35,86%.
Más significativa fue la merma –y más extravagante el escenario– en las legislativas de 2021. Fue la recordada quíntuple interna del Frente de Todos en San Nicolás. Comerio encabezó en las primarias una de esas listas. La votaron 12.286 electores y ganó con claridad la interna quedándose con el 42,81% de los votos que fueron por el espacio. Las cinco listas sumadas lograban una cosecha de 35,57 puntos.
Sin embargo, aunque unos 14 mil electores que no la habían votado en las PASO sí lo hicieron en las generales, Comerio no pudo retener aquel caudal: resignó 6 puntos y se quedó en 29,75.
Desafío libertario
Poe fuera de los espacios hegemónicos, el escenario que plantearon las PASO de agosto es claramente el de los tres tercios. Marcelo Bottazzi, de La Libertad Avanza, fue el segundo precandidato a Intendente más votado en San Nicolás, detrás de Santiago Passaglia. Aunque su buena elección fue producto del arrastre de Javier Milei, Bottazzi sufrió el corte de su boleta.
De los 25.267 nicoleños que eligieron a Javier Milei en la categoría para Presidente, hubo una muy generosa porción que separó ese pliego de la boleta del que mostraba la foto de Bottazzi: la diferencia fue de 9802 votos en detrimento del postulante a Intendente de LLA, que terminó sumando 15.461 votos.
Ligarse con la figura presidencial de Milei y sumar al menos en parte esos casi 10 mil votos, constituye el desafío central que tiene Bottazzi por delante en esta campaña hacia las generales.