De cara a los comicios del año próximo Salta y San Juan suspendieron sus elecciones primarias. Los oficialismos de Catamarca, Chubut y Tucumán dejaron trascender intenciones idénticas. La eventual suspensión de las PASO generó cortocircuitos internos entre los líderes más encumbrados de Juntos por el Cambio. En tanto, desde el Gobierno nacional aseveran que no hay proyecto para suprimirlas e incluso las presupuestaron.
De la redacción de EL NORTE
[email protected]
La pandemia de coronavirus parece retroceder y no cuesta mucho imaginar que el año electoral 2023 tendrá en agosto una primera cita con las urnas: las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias, conocidas desde su implementación en 2011 por la sigla PASO. Es decir, faltaría menos de un año (al menos en la Nación, en provincia de Buenos Aires y en el resto de los distritos que emplean el mismo calendario electoral) para votar precandidatos que después compitan por los cargos que se ponen en juego el año próximo. Y todavía menos restaría para que toda la logística electoral, con sus múltiples engranajes, deba ser puesta en marcha.
En ese contexto, y no exento de pujas de tipo político, durante la semana que pasó se instaló fuerte en la agenda pública el debate en torno a la conveniencia –o no– de prescindir del mecanismo de elección primaria como instancia para definir candidatos en cada uno de los frentes electorales y partidos políticos que propondrán postulantes.
Mientras que provincias como Salta y San Juan ya tienen suspendidas sus primarias provinciales desde hace ya varias semanas, en los últimos días los oficialismos de otras provincias ya mostraron sus idénticas intenciones. Salta, gobernada por Gustavo Sáenz (del Partido de Identidad Salteña enrolado en Juntos por el Cambio), convirtió en ley la eliminación de las PASO hacia fines de agosto. La San Juan del peronista Sergio Uñac había resuelto lo mismo varios meses antes, a través de una decisión legislativa que después se judicializó. La Cámara Civil avaló la decisión de los legisladores hacia fines de julio pasado.
Con aquellas decisiones como antecedentes más o menos cercanos, esta semana el debate a nivel nacional se produjo como consecuencia de una mecha que se llamó Chubut.
La mecha
La chispa inicial se produjo cuando el gobernador chubutense Mariano Arcioni, muy cercano a Sergio Massa, admitió que en su territorio existe “una decisión política” de eliminar las PASO provinciales. Incluso reveló que otros sectores políticos distintos de su oficialismo trabajan en el mismo sentido.
De hecho, el presidente de la UCR chubutense, Damián Biss, admitiría luego que “una gran parte del radicalismo estaría dispuesta a acompañar la iniciativa”. El senador nacional Ignacio Torres, referente del PRO en Chubut, rápidamente hizo llegar el mensaje a la titular del partido, Patricia Bullrich, y al propio Mauricio Macri.
El expresidente se expresó entonces en Twitter. “En Chubut hay sectores que quieren modificar las reglas electorales a meses de votar y derogar las PASO. Les molesta la participación ciudadana, promueven atajos. No se puede ser cómplice de este retroceso, menos quienes desde JxC decidimos defender la democracia y participación”, escribió.
La interna siguió escalando a nivel nacional. El gobernador de Jujuy y presidente de la UCR a nivel nacional, Gerardo Morales, le salió al cruce: le recomendó a su socio político Macri dedicarse menos a tuitear y más a ordenar su propia tropa. “Como jefe del PRO, tendría que decirle a sus dirigentes que dejen de entorpecer y denostar al radicalismo en Chubut”, le devolvió.
¿Qué es lo que preocupa al PRO? Que en distritos clave (incluso a nivel nacional, o mejor: sobre todo a nivel nacional) la suspensión de las PASO deje a Juntos por el Cambio sin una instancia para dirimir las múltiples internas que hoy existen en la alianza opositora.
Aun más volumen dio al asunto la circunstancia de que provincias como Catamarca y Tucumán, gobernadas por los peronistas Raúl Jalil y Osvaldo Jaldo (sucesor en la Gobernación del ministro Manzur), también dejaron entrever sus intenciones de abolir las primarias abiertas.
Presupuesto nacional
En medio de ese estado de situación, la portavoz presidencial Gabriela Cerruti aseveró en conferencia de prensa en Casa Rosada que “el Gobierno no quiere suspender las primarias”. Sin embargo, en Juntos por el Cambio se mantienen en alerta.
El ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, a cargo de la organización de los comicios, había negado días atrás que en el Gobierno se esté evaluando cambiar la ley electoral. “Eso es materia del Congreso. Siempre antes de una elección se discuten muchísimos temas, pero al Ministerio no llegó ningún proyecto de suspender”, advertía el camporista.
Después llegaría un dato objetivo: en el proyecto de Presupuesto Nacional que el ministro Massa elevó en la noche del jueves al Congreso están previstas las partidas para afrontar un despliegue electoral con primarias, generales y eventual ballotage. El presupuesto que manejará la Dirección Nacional Electoral es de 63.000 millones de pesos, según el proyecto que deberá ser debatido y sancionado por diputados y senadores.
PASO bonaerense
A nivel nacional, Juntos por el Cambio aspira a resolver en las PASO una interna en que ya perfilan con aspiraciones presidenciales Horacio Rodríguez Larreta, Mauricio Macri y Patricia Bullrich (y esto sin incluir un componente radical como podrían ser Facundo Manes y el jujeño Morales).
La abundancia de eventuales candidatos tiene su réplica en la provincia de Buenos Aires, donde los nombres del PRO en busca de competir por la Gobernación son varios: Diego Santilli, Cristian Ritondo, Javier Iguacel y Néstor Grindetti.
Santilli, quien hacia mediados de junio se había mostrado partidario en San Nicolás de una “gran PASO” bonaerense, tampoco perdió la oportunidad esta semana de dejar expresada su postura. “Esperamos que no hagan la trampita. Que no hagan trampa a una situación que permite a la gente elegir a sus mejores candidatos. El año pasado las PASO nos permitió crecer, consolidarnos y presentar una alternativa a la sociedad y nos permitió ganarle al peronismo unido”, advirtió el diputado nacional desde Olavarría.
El oficialismo de Kicillof niega que la Ley Electoral provincial esté en revisión. “En la provincia de Buenos Aires no está en debate eso”, dijo Carlos Bianco, jefe de Asesores del gobernador, en una declaración recogida por el medio Cronos.
“Siempre dije que el sistema de PASO me parece muy potente para definir el sistema democrático y el de partidos en particular. Es una herramienta muy útil, que a veces se usa y otras veces no se usa, es un sistema que introdujo Cristina en su momento, además”, reforzó Bianco.
Las “semifinales” peronistas de 2011
Tanto a nivel nacional como en la provincia de Buenos Aires, el actual sistema electoral desdoblado en primarias y generales debutó en 2011. Y en aquella oportunidad se había producido un curioso escenario del lado de la oferta electoral surgida del justicialismo. La Junta Electoral habilitó dos sellos de extracción peronista. Por eso se generó en las primarias de aquel agosto una suerte de ronda de semifinales, con cuatro precandidatos de los cuales solo dos llegarían a la cita de octubre como candidatos a Intendente de San Nicolás. Con el sello del Frente para la Victoria competían en la ronda primaria Gustavo Díaz Bancalari y Lisandro Bonelli. Por el lado del Frente Social de la provincia de Buenos Aires se enfrentaban los precandidatos Ismael Passaglia y José Antonio “Bochi” Corral. A la “final peronista” de octubre llegaron Passaglia (que ganó su interna con casi el 65% de los votos) y Díaz Bancalari (triunfó en su primaria con 60%). A través de la elección general de aquel año, Ismael Passaglia accedería al primero de sus dos mandatos al frente del municipio, con la adhesión del 46,43% del electorado nicoleño.