El concepto de EctoLife beneficiaría a parejas con problemas de fertilidad, a las del mismo género, y a mujeres a las que les extirparon el útero y no pueden ser madres biológicas.
La medicina reproductiva, como la fertilización asistida o la fecundación in vitro, ya es una práctica habitual e incluida entre las prestaciones de las obras sociales y prepagas, y ahora viene marchando una nueva que revoluciona la concepción de bebés: un útero artificial capaz de gestar 30 mil bebés al año.
Es el primer procedimiento de este tipo que surgió luego de la investigación que durante 50 años llevaron a cabo científicos de todo el mundo, para así llegar a la conclusión de que esta tecnología está lista y que se podría ver instalada en tan sólo 10 años.
El concepto de EctoLife se trata de un proyecto alemán que ofrecerá a los padres la posibilidad de crear bebés a medida. Aunque la idea para muchos es aterradora, su fundador e ideólogo, Hashem Al-Ghaili, un biotecnólogo cineasta transhumanista, afirma haber visto una oportunidad para que el índice de nacimientos vuelva a subir y que las mujeres puedan ser madres sin que el bebé se desarrolle dentro de su vientre.
Este “útero artificial más grande del mundo” se plantea como una inquietante manera de resolver el problema de la natalidad en Europa.
Según datos del INE, la tasa bruta de natalidad en la UE —que muestra el número de nacidos vivos por cada 1.000 personas— era de 10,2 en 2001, subió a 10,6 en 2008 y desde entonces disminuyó hasta llegar a 9,1 en 2020.
En última instancia, Al-Ghaili no niega que muchas personas puedan sentirse provocadas por el concepto de embarazo inhumano.
“Cuando aparecieron los bebés probeta, hubo un gran debate y rechazo, pero ahora está ampliamente aceptado”, afirma. Incluso con la maternidad subrogada ocurre algo similar, pero claro, en el cuerpo de otra mujer, no de una máquina.
El concepto EctoLife beneficiaría especialmente a las parejas con problemas de fertilidad, así como aquellas mujeres a quienes se les ha extirpado el útero por cáncer u otras complicaciones y no pueden ser madres biológicas.
También a parejas del mismo sexo que quieren tener hijos y necesitan apelar a donantes de esperma o de útero para concretar la fecundación, una práctica que inclusive ha sido incorporada oficialmente.
Laboratorios y cápsulas
La fábrica de bebés proyectada funcionará con energías renovables y constaría de 75 laboratorios independientes, cada uno con 400 cápsulas responsables de imitar las condiciones del útero materno, por lo que el creador promete que un solo edificio puede incubar 30.000 bebés al año.
En cada cápsula comenzaría el proceso de gestación de un bebé, que ya estará diseñado con las características que los padres elijan, y funcionará tal como lo hace el útero de una mujer, con el calor, el movimiento, las palpitaciones y mucho más.
Business Insider informó que el bebé crecería con todas las comodidades y la protección necesaria, teniendo en cuenta que dentro de dichas cápsulas hay cientos de sensores, cámaras, micrófonos y más que permiten que los bebés sean monitoreados todo el tiempo.
Además, si en algún momento ven un problema, por medio de una aplicación se le notificaría a los padres para que se dirijan al laboratorio y así poder hablar con él, igual que si estuviera dentro de la barriga.
En cuanto a cómo subsistiría el bebé, el medio agregó que todo funcionaría con un par de biorreactores, los cuales dividirían sus tareas: el primero trabajaría como un tipo de cordón umbilical en el que el bebé recibirá los nutrientes y el oxígeno necesario para que crezca saludable, mientras que el otro se encargará de las heces.
Por otro lado, para los padres que quieran adoptar esta opción para tener su bebé, la compañía les ofrecería el ingreso a unas aplicaciones para que puedan ver todo el tiempo cómo se va desarrollando el hijo, lo que les permitirá también hablarle a través de altoparlantes, ponerle música y mucho más.
Finalmente, al momento en que el desarrollo del bebé ya se haya completado y esté listo para salir al mundo, se explicó, bastará con presionar un botón para que la cápsula se abra y ahí llegaría un médico especializado a hacer que los pulmones y el resto de órganos comiencen a funcionar de la mejor manera.
Reproducción asistida
En Argentina, no hace mucho se incorporó el derecho a la salud reproductiva y al acceso igualitario de todos los beneficiarios de los procedimientos y técnicas de reproducción médicamente asistida, de modo que encuentran sustento y reconocimiento legal a través de la Ley 26.862, su Decreto Reglamentario 956/13 y la Res. 1/E de 2017 del Ministerio de Salud de la Nación.
La ley 26.862 de fertilización asistida, sancionada y promulgada en junio de 2013, establece que toda persona mayor de edad, cualquiera sea su orientación sexual o estado civil, tenga obra social, prepaga o se atienda en el sistema público de salud, puede acceder de forma gratuita a las técnicas y procedimientos de baja y alta complejidad, que incluyan o no la donación de gametos y/o embriones, realizados con asistencia médica para lograr el embarazo estando cubiertos los honorarios de los métodos de diagnóstico, del tratamiento y de la medicación para realizar los procesos necesarios.
Los dos tipos de tratamientos de reproducción asistida que reconoce la ley son: los de baja y alta complejidad. Los primeros realizan la unión del óvulo y espermatozoide en el cuerpo de la mujer: la inducción de ovulación, la estimulación ovárica, el desencadenamiento de la ovulación y la inseminación intrauterina, intracervical o intravaginal. La inseminación puede ser hecha con semen de la pareja de la mujer o de un donante.
Los segundos lo hacen fuera del cuerpo de la mujer: la fecundación in vitro, la inyección intracitoplasmática de espermatozoide, la criopreservación de ovocitos y embriones, la donación de ovocitos y de embriones y la vitrificación de tejidos reproductivos.
Poco menos del 10% de las personas que buscan un embarazo se ven en la situación de tener que recurrir a alguno de estos últimos tratamientos.
Aunque cada caso es particular, es más frecuente lograr el embarazo a través de técnicas de ‘baja complejidad’.
Según el Registro Argentino de Fertilización Asistida (RAFA), hubo 32.333 procedimientos en 2021 en 16 centros de reproducción asistida, la mitad entre preservación de fertilidad, donación y fecundación in vitro, el 12% Ovodon, 789 descongelación de ovocitos, 10.250 de embriones, y 1.537 de genética.