El objetivo del futbolista es que le reduzcan la pena de dos años para volver a las canchas de manera profesional en el Monza. “Hago una vida tranquila y estoy disfrutando de otras cosas que quizá antes no podía”, contó al diario español As.
Desde Bérgamo, donde reside con su familia, Alejandro Gómez volvió a hablar sobre la sanción de dos años por doping que marcó un antes y un después en su carrera como futbolista profesional.
“Después de la suspensión, hago una vida tranquila y estoy disfrutando de otras cosas que quizá antes no podía. Me agarra en una etapa más maduro. Tengo 36 años, estoy ya más hecho. Hubiera sido más duro si me agarraba en otra etapa, con 20 ó 25 años. Hay cosas más importantes. No puedo quejarme: tengo salud, amigos, familia”, declaró Papu Gómez, cuyo futuro todavía es incierto, en una entrevista con As.
Sobre cómo sigue la causa, el ex-Arsenal de Sarandí y San Lorenzo acotó: “Seguimos apelando con los abogados y tratando de que bajen la pena. La sanción fue de dos años y estamos viendo si se puede hacer algo para que se rebaje. Lo vivo con paciencia, esperando a que haya noticias positivas. Ojalá que sea este mes o el que viene cuando haya novedades. A ver si me reducen la pena y puedo volver a jugar”.
Papu Gómez dio positivo en un control antidopaje rutinario de la UEFA a mediados de noviembre de 2022, cuando todavía jugaba en Sevilla y previo al Mundial de Qatar 2022. Sin embargo, la noticia recién se conoció casi un año después, cuando ya estaba en el Monza de Italia, donde apenas pudo jugar dos partidos.
Lo sancionaron por “negligencia grave” tras haber consumido terbutalina, una sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), pero que no mejorara su rendimiento. Un día después de que estallara la bomba, el futbolista -debió anunciar su ingesta- publicó un comunicado en sus redes sociales y esgrimió que tomó por error un jarabe para la tos de su hijo menor.