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sábado, octubre 19, 2024
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PANORAMA INCIERTO EN LAS POLLERÍAS ANTE PROBABLES AUMENTOS

Consultados propietarios de pollerías en nuestra ciudad respecto a probables aumentos, la mayoría coincidió que los precios fueron subiendo gradualmente y que temen que empiecen a faltar pollos ante un anunciado aumento de la carne, ya que cuando esta lo hace, automáticamente suben sus ventas y faltan entregas.

Germán Rodríguez
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Además de la inflación el peor enemigo de las pollerías es la especulación ya que en los últimos tiempos cada vez que se registraron aumentos en el precio de las carnes automáticamente comenzaron a reducirse la entrega de pollos por parte de las avícolas a los comerciantes, en una suerte de especulación inflacionaria. En el marco de la renovación del acuerdo de Precios Cuidados, que tendrán un ajuste de 2,23% en los valores de 1.357 productos incluidos en el programa, el Gobierno autorizó subas de hasta el 6,4% de los cortes de carnes populares. La Secretaría de Comercio Interior publicó los nuevos valores de siete cortes populares de carne, que incluyen la tira de asado, el vacío, el matambre, la falda, la tapa de asado, la nalga y la paleta.

Este próximo aumento todavía no se reflejó en las góndolas de San Nicolás, pero ya se especula respecto al mismo y también incide seriamente en el precio de los pollos.

“En marzo y abril fue un desastre, no sabíamos qué precio poner, nadie lo sabía. Hablábamos entre los dueños de otros locales y nos llegaban precios diferentes, había mucha especulación y faltantes. Ahora está todo tranquilo pero ya nos están advirtiendo de que se puede venir otro aumento grande y que conviene abastecerse”, comentó a nuestro medio Rosario, propietaria de una pollería que pelea con la inflación como todos y busca la forma de que los aumentos no peguen en el bolsillo de los clientes.



Precios

Hoy en promedio el precio del cajón de pollos que pagan los comerciantes es de unos $6000, dependiendo de la calidad de la avícola. De ahí las pollerías venden tanto los pollos enteros como aprovechando las partes para hacer milanesas u otros productos. Otros optan por comprar directamente la pechuga que ronda los $14.000 el cajón de 20 kilos y de ahí elaboran productos.

Este año las pollerías incrementaron notablemente sus ventas ya que la inflación en las carnicerías fue brutal e históricamente cada vez que aumenta la carne crece la demanda de pollos lo que también provoca instantáneamente su aumento. La dificultad es que las avícolas ante esta panorama y la probabilidad de mayores ventas empiezan a especular con las entregas esperando poder sobrecargar los precios; de esa manera falta producto en la calle y eso afecta al comerciante que debe salir a buscar más proveedores por todos lados para poder abastecer la demanda, en una suerte de circulo vicioso, donde el que pierde es el consumidor. “Cuando el vendedor sabe que se viene un aumento empieza a especular con las entregas y todo se vuelve un sálvese quien pueda”, comentó Gabriel, otro propietario de pollería preocupado ante esta relativa calma y los fuertes rumores de aumentos.

También afecta el precio en los productos elaborados, como rebosados o milanesas, el aumento del pan rallado y ahí los precios se disparan para cualquier lado lo que complica determinar el precio final del producto. De enero a mayo, el valor de los 25 kilos de harina aumentó el 48% y los panaderos tampoco ya saben a qué precio poner el pan lo que genera incertidumbre también en el precio final.



Cambios de hábitos

El consumo de carne bovina cayó a la par de las crisis económicas de los últimos años y perdió lugar ante el cerdo y el pollo. El 2021 fue el año donde se registró el consumo de carne más bajo de los últimos 100 años, un número que se explica por el aumento de otro tipo de animales y la baja en el consumo interno.

Que baja el consumo de carne, sube la producción de pollo y cerdo son datos que ya vienen analizando desde de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra).

Esta tendencia arrancó hace 15 años con un cambio de genética porcina y genética aviar que aumento la productividad de esas dos carnes de manera tal que se despegaran del precio de la carne vacuna. Hoy con un kilo de carne vacuna se pueden comprar casi tres kilos de pollo y casi dos kilos de cerdo. En esta época de bolsillos flacos e inflación creciente se termina definiendo por el bolsillo.

Según datos estadísticos con una proyección total de 2.300 millones de kilos de pollo, el 2022 cerraría con un récord anual de consumo per cápita de pollo, con cerca de 49 kilos por habitante. Esto se traduce también en mayor cantidad de faena aviar por encima de la faena bovina.



Esta sustitución de carne aviar por carne de vaca tiene un correlato: el aumento del valor del pollo. Según Centro de Economía Política Argentina (CEPA), que preside el economista Hernán Letcher, el pollo aumentó en mayo del 2022 un 6,3%, un alza que se viene manifestando por tercer mes consecutivo.

El indicador que vincula la evolución del precio del asado en relación con el precio del pollo muestra una reducción que llega a 3,51, producto del incremento diferencial del pollo, aclaran los datos del CEPA. Entre los argumentos del aumento se encuentran la suba del precio del maíz y la escalada general de los precios.

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