A través del proyecto de ley “Derecho al tiempo”, la asociación civil ARALMA busca visibilizar y erradicar los abusos sexuales infantiles, dando lugar a que no prescriban las denuncias por todo lo que conlleva digerir los hechos y llegar a la Justicia. “Nunca el Estado puso su atención en la erradicación de la violencia contra las infancias”, afirmó Sonia Almada, psicoanalista, activista de derechos de los niños, niñas y adolescentes y directora ejecutiva del movimiento.
Carolina Mitriani
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La problemática de abusos sexuales infantiles ocupa un lugar de relevancia en las agendas personales e individuales de miles de personas en la Argentina, pero tiene un rol inverso en la agenda estatal, fundamentalmente en la Justicia. Contra este enemigo de mil máscaras batallan organizaciones que se proponen acompañar a las víctimas, ayudar a que otras tantas se reconozcan en este lugar, y promover la concientización en todos los planos.
La asociación civil ARALMA es uno de estos grupos. Fue fundada en 2003 y se dedica a la asistencia, investigación y capacitación en infancias y adolescencias. “La idea nació trabajando en el Hospital de Agudos Carlos Durand, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cuando con una compañera vimos la necesidad de crear un centro especializado en infancias. Nacimos primero como un centro de atención y capacitación psicológica hasta convertirnos en una asociación civil feminista con trabajo territorial, académico, legislativo y artístico”, relató su directora ejecutiva, la psicoanalista Sonia Almada.
Futuro protegido
«Derecho al tiempo» es un movimiento creado hace apenas poco más de dos años, en plena pandemia, ante la preocupación por la situación de los niños y niñas que conviven con sus agresores y por el aislamiento obligatorio no tenían dónde pedir ayuda. “Nos inspiramos en la agrupación chilena que lleva el mismo nombre y convocamos a sus creadores, entre ellos, la psicóloga Vinka Jackson, para que nos ayudará a pensar en la imprescriptibilidad del delito de abuso sexual en la infancia”, contó Almada, y agregó que para ello convocaron a las “ONG, activistas y profesionales para que sea un movimiento federal”.
En el mes de junio presentaron en la Cámara de Diputados de la Nación un proyecto de ley para abordar desde distintos ángulos la problemática: lograr que el delito de abuso sexual no prescriba jamás; que se cambie la denominación del mismo y en lugar de abuso sexual (porque desde la asociación analizan que “abuso” significa ‘el mal uso o uso indebido de un objeto’) a “violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes”, devolviéndoles su lugar de sujeto víctima de un crimen. Además, proponen crear una comisión de la Verdad y la Reparación para que se investiguen estos crímenes.
En Argentina las estadísticas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos arrojan que durante el período 2020-2021 las consultas sobre maltrato y abuso sexual aumentaron 15% interanual, y se incrementaron considerablemente las denuncias realizadas directamente por niñas, niños y adolescentes.
A partir de esta base, profundizaron el trabajo que venían ejecutando desde hace casi 20 años, en la continuidad de capacitaciones en violencia sexual, el lanzamiento de campañas de visibilización sembrando conciencia y memoria activa con los molinillos de viento (el símbolo de lucha de esta iniciativa) y pintado murales en diferentes lugares del país.
Cuestión ministerial
La psicoanalista cabecera de la organización explicó a EL NORTE que “en abril, junto a Smarty y la Red Federal para la Infancias y Juventudes, presentamos un proyecto de ley para la creación del Ministerio de la Infancia en Argentina para lograr ubicar a la niñez en agenda y con rango ministerial”. En caso de avanzar la propuesta, la Argentina sería el tercer país del mundo en tener un organismo como este, después de Noruega y Paraguay.
Su función principal será́ la de atender de manera integral y federal a la población infantil y garantizar su desarrollo sostenido y saludable. Dentro de sus líneas de trabajo propone: formular y aplicar políticas en las áreas de bienestar infantil, crianza y condiciones de vida, niños, niñas y adolescentes, visión de la vida y política de consumo; entender y coordinar con otras áreas de gobierno y jurisdicciones el diseño e implementación de campañas de comunicación y cultura destinadas a la visibilización de las problemáticas que padecen niños, niñas y adolescentes para su solución y mejora de calidad de vida; promover la protección integral de los niños, niñas y adolescentes para que no lleguen a una situación de vulnerabilidad, entre otras.
Sus logros recorren un gran camino, aunque reconocen que “falta mucho”: “Cuando comenzamos, la violencia sexual en los ámbitos académicos era argumentada como una fantasía que tenían las mujeres de haber padecido abuso en la infancia, y el maltrato hacia los niños y niñas estaba totalmente naturalizado. De la misma manera que estaba naturalizada la violencia hacia las mujeres. Hemos logrado incidir en la narrativa social sobre el lugar de los niños y las niñas, sobre las secuelas que deja la violencia”.
En deuda
Sonia Almada explica que “las víctimas de violencia sexual cuando padecen el crimen durante la infancia les cuesta mucho primero comprender la agresión que están padeciendo, luego comprender que se trata de violencia sexual, metabolizar que esa persona (en general del núcleo íntimo) que debería cuidarla la abusó. Le lleva mucho tiempo contárselo a alguien por la vergüenza, la humillación y la extorsión del pederasta que amenaza con que algo muy malo va a pasar y muchas veces lamentablemente no se cree en sus palabra. La palabra de los niños y niñas está devaluada, no se la respeta ni se la tiene en cuenta”.
Sonia Almada, psicóloga“Nunca el Estado puso su atención en la erradicación de la violencia contra las infancias”
El proyecto de “tiempo” nace porque “llegar a la Justicia lleva muchísimo tiempo, porque la gran mayoría de personas sobrevivientes de este crimen develan su padecimiento en la adultez. La Justicia es revictimizante y no escucha a los niños o simplemente no les cree. Tampoco les cree a las madres que se acercan a denunciar que sus hijos fueran víctimas de este crimen y se las acusa de alienantes o locas, a través del falso síndrome de alienación parental, un dispositivo de disciplinamiento para callarlas pero sobre todo para silenciar a los niños y niñas”, señaló la psicoanalista, marcando en ello la explicación al subíndice de denuncias respecto a los crímenes sexuales existentes.
La asociación civil ARALMA reconoce que “el rol del Estado es fundamental, pero en relación con este tema está ausente. No existen campañas de prevención ni espacios de recuperación y apoyo psicológico y jurídico. No existen estadísticas federales acerca de esta temática. Lo poco que existe está desarticulado y disgregado. Ahora y siempre. Nunca el Estado puso su atención en la erradicación de la violencia contra las infancias”.
ARTE POR LAS INFANCIAS Como cierre del año la asociación civil ARALMA, el movimiento Derecho al Tiempo Argentina y la Editorial Bianca invitan a una muestra de arte, presentación y ferias de libros por infancias sin violencia. Será del 2 al 7 de diciembre en el Centro Metropolitano de Diseño, en CABA. Participan importantes artistas como Milo Lockett. Acompañará la presentación la doctora Claudia Amiga. Sonia Almada presentará su libro “La niña deshilachada", creado para trabajar la prevención del abuso sexual infantil. También se realizará una feria de libros “Casa abierta”, con actividades para los más chiquitos.