Leila e Iván se subieron a dos sillas en un balcón y saltaron al vacío desde un tercer piso: sufrían bullying.
“La noticia ocurre en España y dice que dos niñxs gemelxs argentinxs de 12 años, Leila e Iván, se subieron a dos sillas en un balcón y saltaron al vacío desde un tercer piso en Sallent (Barcelona)”. Según escritos, padecían Bullying constantemente.
“Dejaron cartas a modo de despedida, donde escribieron que sufrían bullying por su acento argentino –llevaban dos años viviendo allí– y que Iván era objeto de burlas en la escuela por su identidad de género trans. Leila, que sobrevivió y está muy grave, escribió en ese papel que ella lo hacía en solidaridad con su hermano.
En estos días aunque el colegio haga negado que sufrían bullying, personas conocidas, además de su abuelo argentino, hicieron declaraciones periodísticas que robustecen esas hipótesis. Mientras se investigan los hechos y las circunstancias, los medios dan cuenta de la noticia sin respetar la identidad de género de Iván, tratándolo en femenino y mencionando su nombre anterior”, indican desde la Agencia Presentes.
“Sabor a crimen social”
Chirimbote –editorial para las infancias libres con mirada de género, diversidades y derechos humanos– reflexiona y apela a las conversaciones que deben darse desde las familias y en la escuela: “Empiezan las clases y sabemos lo que se viene para las infancias y adolescencias (exigencias, presiones…) y entre todo eso la posibilidad del bullying para quienes no encajan en la norma y menos aún en el modelo binario.
Resulta increíble que en la actualidad la autolesión y el suicidio esté presente en las niñeces disidentes. El bullyng lastima de verdad. Hoy tenemos muy presente la historia trágica de lxs gemelxs de nacionalidad argentina, en la ciudad de Barcelona. Podríamos apuntar a la escuela, a sus compañeres, a su familia, pero bien sabemos que el problema es la sociedad en su conjunto, que fomenta la distinción entre lo normal y lo otro como no-persona.
Otra vez una tragedia que tiene sabor a crimen social. Y ahí estarán, nuevamente, los medios de comunicación haciendo su show con los deshechos, revictimizando los restos de lo que queda en pie: una carta que nadie tiene el derecho de leer en voz alta, un nombre que no es… ¿Quién puede entrar en ese estrecho privilegio de La Norma? En algún momento, tus hijes o sobrines, o tus nietes, van a vivir una situación de violencia por no encajar, y estarán expuestxs a todo el mecanismo de la expulsión hacia los márgenes, donde se les señala como “monstruos de otro mundo”.
Hablemos de todo esto en la escuela. Evitemos poner la carga de la responsabilidad en el compañerismo. Apuntemos al origen del problema, este sistema que crea una norma que nadie puede cumplir… y que muches tampoco quieren”.
Proteger y educar
Gabriela Mansilla es la madre de Luana, la primera niña trans que accedió a un documento que respeta su identidad de género. Es además militante por infancias y adolescencias travestis trans y presidenta de la Asociación Civil Infancias Libres (ACIL). Escribió dos libros: Yo nena, yo princesa y Mariposas libres.
“Proteger a las infancias es obligación en todo el mundo. Tiene que ver con informar, con empezar a educar a esas otras niñeces que castigan y hacen bullying a nuestres hijes. Si Iván iba a una escuela donde recibía burlas y violencias, hay que educar a las niñeces, no solo en España, en el mundo. Hay que entender que la persona que tiene vulva puede construir multiplicidad de identidades. La que tiene pene también”, señaló consultada por la Agencia Presentes.
Para ella, hace falta más información. “Necesitamos una toma de conciencia urgente para mirar a las niñeces pero también a nosotres como sociedad, con estos cuerpos que incomodan. Que quede claro: son muertes evitables. Esto es un transhomicidio social”, dijo.
La Asociación Infancias libres hizo el primer relevamiento estadístico sobre experiencias de infancias y adolescencias trans/travestis, y publicó los resultados en 2021. De 200 familias, el 53% de les menores de 12 años y el 63% de 12 y a 17 manifestaron tener ideas de muerte.
“El cúmulo de exigencias, la etiqueta al nacer, la exclusión, arrojan a nuestres niñes a un 40% de índice de suicidios en Argentina. Eso no se está viendo. No hay políticas de prevención. Cuando el daño es en el cuerpo, emocional, psicológico, las niñeces están padeciendo y resistiendo el maltrato en la escuela, de compañeres y profesores que no tienen información”, manifestó Gabriela. Y contó que con Luana están evaluando si empieza o no las clases por este motivo.
