Padecía un cáncer que afecta al 0,5% de los pacientes con este tipo de enfermedad. La afección había avanzado en los últimos meses.
Sebastián Amurín, el joven de 25 años que tenía un tumor en la cara, falleció el jueves al mediodía. Su familia lo comunicó a través de un mensaje en redes sociales. El tumor había avanzado en los últimos meses.
“En el día de la fecha lamentamos comunicar que Sebastián ha fallecido. En el transcurso del día vamos a dar datos de dónde será velado. Muchas gracias a todos por el incondicional apoyo todos estos años, él ya no sufre más”, escribieron familiares de Amurín desde la cuenta de Instagram del joven.
En sus últimas publicaciones, Sebastián aseguró que su estado no era para nada alentador. “Los médicos dijeron que nos preparemos ya que la enfermedad es muy grave y porque mi cuerpo, poco a poco, está mostrando signos de que no puede pelear más”, comentó.
Y continuó: “Pido por favor ayuda porque no quiero morir, no creo merecer morir así, merezco tener un futuro como todos, tener mi familia, tener mis hijos, ver a mi mamá disfrutar de sus nietos, el orden natural, y no tener que morirme ahora”.
El último posteo de Sebastián
El 23 de febrero fue su último posteo en Instagram, donde subió un video con una parte de la cara cubierta por un vendaje y brindó un testimonio conmovedor.
“Me conectaba para que sepan que estoy bien, luchándola a full. Lamentablemente, el tumor creció muchísimo. Creo que todos ustedes tenían que ver cómo estaba la enfermedad en la actualidad, así de avanzada y complicada. No creí llegar a este punto”, lamentó el joven.
Según lo que manifestó, una doctora de rayos le dijo que su tumor “era prácticamente inmune a todo tipo de tratamientos”. Con respecto a los estudios que recibió durante los últimos ocho años afirmó que no los podía “recibir más”. Y añadió: “Si hago uno más, corro el riesgo de muerte”.
El joven aseveró que “no hay mucho más para hacer, más que esperar un simple milagro que no sé si va a ocurrir”.
Quién era Sebastián Amurín
Sebastián Amurín era un joven de 25 años que vivía con su mamá María y su hermano Rodrigo en Moreno. Era fanático de River y locutor, profesión que compartía con su madre.
Hace un tiempo, había trabajado en la municipalidad de su partido revisando las cámaras de seguridad.
Sin embargo, su vida cambió en 2014 cuando, a sus 17 años, sintió un bulto en el rostro.
“Pensé que era un granito, pero con el tiempo iba creciendo, así que hice una consulta en el hospital Ramos Mejía y allí decidieron hacerme una biopsia. En enero de 2015 recibí los resultados y todos los datos daban como concluyente que tenía este sarcoma”, relató años atrás.