El interrogante había sido planteado por la defensa de Jeremías Ramírez, que cuestionó la causa del deceso de Miguel Arroyo, víctima fatal del siniestro ocurrido en febrero de 2022. Esta controversia y la objeción en cuanto a la velocidad de la camioneta al momento del impacto son las resoluciones pendientes que obstaculizan la elevación a juicio.
Aún no se definieron los planteos presentados por los abogados defensores de Jeremías Ramírez que cuestionaban las causas por las que se produjo la muerte de Miguel Ángel Arroyo. Tampoco los que se refieren a los videos controvertidos que buscan probar la velocidad a la que se desplazaba la camioneta que provocó el accidente.
Ambas resoluciones son indispensables para allanar el camino hacia el juicio. El proceso debe llegar limpio al debate. Cuando la parte acusadora presentó la requisitoria de juicio, la defensa propuso dos objeciones: causa de muerte y velocidad.
La primera en procura de impugnar los dictámenes médicos que revelaban como causa eficiente del deceso de Arroyo al traumatismo de cráneo producido en el accidente, y la segunda cuestionando la pericia que indicaba que la camioneta se desplazaba a 112 km/h al momento del impacto y que fueron realizadas a través de estudios técnicos y de una grabación de imágenes de cámaras de seguridad de la zona del accidente.
Respecto del primer punto, la pericia oficial dictaminada en diciembre de 2022 refiere a la causa eficiente de la muerte y señalaría que fue por una insuficiencia renal producida por una concatenación de problemas intrahospitalarios, pero que estuvieron determinados por las graves lesiones recibidas en el momento del impacto.
Miguel Arroyo sufrió una hemorragia por traumatismo de cráneo grave en zona parietal derecha y quedó en gravísimo estado desde el momento del accidente. Estuvo siempre en terapia intensiva conectado a un respirador y nunca recobró la conciencia, hasta que finalmente falleció por las complicaciones propias de ese estado, según lo revelado por fuentes judiciales y cuyas consideraciones constan en la causa.
Por otra parte, la defensa de Jeremías Ramírez, que era quien conducía la camioneta Amarok aquella madrugada de abril de 2022, objetó esa pericia oficial y presentó un informe de parte encargado a peritos privados que, en principio, no tendrían el carácter de pericia, argumentando que la causa de muerte no está directa ni indirectamente relacionada con el accidente, sino que se debió a problemas propios de salud preexistentes.
La velocidad
El segundo punto objetado es el de la pericia acerca de la velocidad de la camioneta cuando impactó contra el Ford Fiesta que conducía Arroyo y que fueron efectuados, además del estudio de otras variables técnicas, por el análisis del video de una cámara de monitoreo de un comercio de la zona, el cual arrojó que la Amarok viajaba a 112 km/h.
Para desvirtuar esta conclusión, la defensa de Ramírez presentó otra pericia junto con una grabación de imágenes previas al accidente que serían tomadas con la misma cámara en el mismo momento que la exhibida por la parte acusadora, pero que muestran una velocidad sensiblemente inferior. Estas imágenes están siendo estudiadas para descartar alguna posible manipulación o edición del contenido.
Con estos planteos, los defensores de Ramírez buscan desvirtuar los dos agravantes que tiene la figura por las que se lo acusa, que elevan la pena, y que en caso de corresponder condena podría alejar a su defendido de la posibilidad de una probation o de una condenación condicional.
Los agravantes en los culposos por accidentes de tránsito son precisamente el exceso de velocidad y que haya más de una víctima fatal como producto del mismo.
Recién cuando ambas cuestiones hayan sido zanjadas, el juez de Garantías resolverá la elevación o no de la causa a juicio en la que se debatirá la responsabilidad de Jeremías Ramírez en el siniestro producido en Savio y Terrasson, en la madrugada del 5 de febrero de 2022, que costó la vida de Carmen Montes y de Miguel Arroyo, y dejó el saldo de cinco personas heridas.
