Muchos merenderos y comedores de nuestra ciudad debieron cerrar sus puertas. Los que quedan de pie tienen la difícil tarea de cada vez alimentar más familias, aunque también se vio una merma en la asistencia. Esto, debido a que movilizarse hasta los que todavía persisten, es más complicado.
De la Redacción de EL NORTE
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No es novedad, pero la gran cantidad de merenderos y comedores que abundaban en San Nicolás comenzaron a cerrar sus puertas. Lamentablemente, no es por falta de necesidad, sino por la imposibilidad de poder continuar cocinando todos los días para una amplia cantidad de familias.
Hasta el 2022, había al menos un merendero por barrio. Desde ese año, la cantidad empezó a mermar. No obstante, el motivo de los cierres no era la falta de necesidad de los distintos nicoleños que asistían, sino la imposibilidad para comprar los insumos requeridos para cocinar para una gran cantidad de personas.
Actualmente, los pocos comedores o merenderos que quedaron de pie no están entregando viandas todos los días. Por el contrario, se redujo a tres veces por semana, en otros una sola vez y hay algunos que cocinan solamente cuando pueden.
EL NORTE dialogó con algunos responsables de estos lugares, quienes manifestaron la notoriedad de la baja de comedores o merenderos en nuestro distrito. “Cerraron muchos y la gente ya se acostumbró a que sea así. Viven el día a día, son muy pocos los que quedaron en la ciudad contados con las dos manos”, afirmó uno de los consultados.
Revolver la basura
Una triste realidad que sucede con el cierre de los comedores barriales es el crecimiento de familias enteras revolviendo la basura. Los contenedores de residuos ubicados en el centro son el foco de búsqueda de alimentos sobrantes o algo que sirva para luego ser revendido y obtener dinero.
“La gente están viviendo día a día. Muchos nicoleños revuelven la basura, rompen las bolsas y es raro que estén quietos, que no salieron a hacer lío. Pasa que ven que con manifestaciones no ganan nada, porque esa gente, la que hacía manifestaciones, tenía planes, por eso iban. A nuestro merendero venían muchos que asistían a concentraciones políticas”, agrega otra de las fuentes consultadas.
Además, cuando una familia asistía a un comedor, lo hacía en el barrio donde residía o el más aledaño. No obstante, hubo una época, principalmente en el 2023, donde muchos ciudadanos viajaban de zona norte a sur u oeste, y viceversa, para poder tener otro plato de comida en el día.
“Yo creo que a fin de este Gobierno nacional desaparecen todos los comedores y merenderos del país. No es viable poder cocinar para tantas personas y mucho menos sin ayuda. Hay quienes reciben del Ministerio de Capital Humano, pero esos son religiosos. Ayudan mucho, pero la necesidad es enorme. Yo quise solicitar la tarjeta de $300.000, pero no logro obtenerla; esa vendría muy bien para seguir manteniendo este comedor”, detalló.
¿Cuánto se gasta?
Si bien la cantidad de personas varía mucho dependiendo el merendero o comedor, uno de los que más gente tiene es el que está a cargo de la ONG Jóvenes Valientes. Al menos 250 familias pasan por allí en busca de un plato de comida. En ese marco, consultado al respecto del menú utilizado en pleno verano, el responsable explicó: “Tratamos siempre de poder variar con verduras, pollo y arroz blanco. Pero a veces, como vienen tantos, cocinamos lo que podemos. Siempre tratamos de pedir ayuda, y si bien tenemos gente que lo hace día a día, nunca está de más recibir más alimentos para poder seguir llevando adelante el comedor”.
Hoy, un kilo de arroz cuesta $1790, lo que significa que se requieren al menos $26.850 para los 15 kilos de arroz necesarios para tantas familias. Esto siempre hablando de una sola comida. Aquí se debe agregar el pollo y las verduras. También, suelen utilizar fideos blancos, con un valor de $2258 el kilo en promedio, para 300 personas se requieren 30 kg, es decir, unos $67.740. En total, hacer la comida por día en un merendero cuesta alrededor de $50.000 con arroz y $80.000 con fideos.