Las concesionarias que operan en San Nicolás conviven con un panorama incierto. Tras la devaluación del peso y la suba en los distintos tipos de cambio que le siguieron a las elecciones primarias, el sector se mueve con absoluta cautela. No hay precios, y tampoco demasiados compradores. En algunos locales las ventas se frenaron por completo.
De la redacción de EL NORTE
redacció[email protected]
Al día siguiente de finalizar las elecciones Primarias, impactaron en la economía del país los primeros efectos colaterales desprendidos del resultado de los comicios. La decisión del Banco Central (BCRA) de llevar el tipo de cambio oficial a $365,50 devino en una devaluación del 22% de la moneda nacional, un escenario que modificó el comportamiento en distintos rubros. Entre ellos, el mercado de venta de autos y motos, un sector hoy signado por la incertidumbre. Sin embargo, no es una novedad para las automotrices que ya advertían un cimbronazo. “Lo veíamos venir en las semanas previas”, señalaron a este medio desde una concesionaria local.
Claro está que su cese -sin precisar cifras- se cumplió. El dato es que ese temor de los gerentes de concesionarias, también se refleja en el comportamiento de los compradores ya desde el arranque de este mes. “En los primeros días de agosto vendimos más que en todo julio”, subrayó un empleado dedicado al sector de ventas en un comercio nicoleño.
Con una inflación que carcome el salario, los vendedores esperan hasta último momento para fijar el valor de sus productos. Más aún cuando muchos de los insumos quedan atados a la cotización del dólar -el “blue” llegó a venderse por encima de los $700 en la ciudad este martes-. Por esta última razón, sumada a la depreciación de la moneda nacional, distintas concesionarias no tienen precios para los vehículos. Estiman que el impacto del nuevo escenario se expresará con subas que rondarían el 15%, aunque no descartan llegar al 20%.
En el mercado automotriz los aumentos suelen ir al corriente con el incremento del Índice de Precios al Consumidor que brinda el INDEC mensualmente. “Vendemos lo que nos llegó a facturar la fábrica. Lo que llegó sin facturación no está a la venta”, explican. “No hay demasiada certeza en cuanto a los valores. Hay consultas, pero los precios pueden variar de un momento a otro”, coinciden los gerentes de ventas de las marcas que operan en la ciudad. Desde esa base se desprende la actualidad en la plaza local, ventas prácticamente frenadas.
Motos, igual
En una agencia dedicada a la venta de motos tomaron la decisión de “agendar” a los clientes, quienes que se acercan a consultar precios para –luego- responder a esas consultas con números establecidos. Incluso, han rechazando una posible venta. “No tienen precio a día de hoy (por ayer)”, expresaron.
Para las concesionarias, la problemática no es propia del último eslabón de la cadena sino que se arrastra desde el comienzo. “Los proveedores no entregan. Importadores no envían ni facturan. Hasta se complica el ingreso de unidades”, aseveran. También advierten que otros elementos vinculados al sector se ven afectados. “Ni la reposición de repuestos se mueve”, contaron.
En cuanto a las operaciones que lograron concretarse previo al domingo 13 de agosto, las empresas han decidido congelar los valores, ya sea de manera definitiva o temporaria. Además, como ocurre en otros sectores de la economía, la financiación a largo plazo es la opción más elegida entre los compradores.
Mercado del usado
Si bien el objetivo de comprar un auto 0 Km parece alejarse cada vez más de las posibilidades de un salario medio, el aumento de los vehículos repercute en el universo de los rodados usados puesto que su cotización parte del precio fijado para el mismo modelo, pero nuevo. Este esquema no es exclusivo de la compra y venta de vehículos dado que también se suele implementar a la hora de tasar un servicio de seguro en las agencias.
Frente a este horizonte, en algunas agencias de San Nicolás deciden abrir el juego y dar lugar a la consignación. Esto último refiere a la posibilidad que tiene una persona de darle un uso al automóvil que ya tiene en su poder, variante que se tornó más popular en los últimos años. Dicha modalidad permite a un usuario llevar su rodado a un comercio y que sea exhibido en el lugar -incluyendo páginas web y redes sociales- para intentar captar un comprador. Claro está que el agente de ventas que recibe los autos, percibe una comisión una vez concretada la transacción.
Una cuestión similar ocurre en aquellos que si cuentan con la posibilidad de adquirir un vehículo a estrenar. Estos clientes deciden usar el bien de su propiedad como parte de pago y de esta manera reducir el monto final a abonar. “Es moneda corriente”, cuentan desde una concesionaria que utiliza este método en búsqueda de acrecentar sus ventas.