Qué pasó en los dos días de debate de Horacio Rodríguez Larreta y unos 30 funcionarios del gabinete porteño. Equipos distintos y roles diferenciados para el proyecto presidencial.
Para la treintena de funcionarios porteños que participó del “retiro espiritual” en Luján, el balance de casi dos jornadas de deliberaciones a puertas cerradas, recluidos y casi sin consultar el celular, fue positivo. Pudieron escucharse, confraternizar, hacer un balance del último año, definir detalles de la gestión que viene y poner en claro una consigna: el proyecto presidencial de Horacio Rodríguez Larreta estará vinculado con un plan de mejoras concretas para los vecinos, pero requerirá de un equipo propio, diferenciado del que manejará la ciudad de Buenos Aires hasta 2023.
Las conclusiones llegaron durante el cierre del retiro, en la tarde del jueves, con un discurso del jefe de Gobierno que, aseguran, fue “claro y motivador”. Fue contundente en que apuntará a mejorar la administración porteña como una forma de dejar en evidencia cómo podría impactar a nivel nacional “el modelo larretista” en caso de ganar las elecciones presidenciales dentro de dos años.
Si bien los participantes se juramentaron en no contar lo que sucedió durante el encuentro, trascendieron algunos detalles. Todo comenzó el miércoles después del mediodía con palabras de Rodríguez Larreta, luego de que los funcionarios se fueron acomodando en los 30 cuartos individuales que tiene La Casa de María, una casa de retiros espirituales de la Comunidad SEA, fundada por Inés María Ordoñez de Lanús, ubicada en el partido de Luján, provincia de Buenos Aires.
Una vez que el jefe de Gobierno abrió la jornada, cada uno habló acerca de cómo se sentía y sus expectativas sobre la etapa que viene. Dicen que se lo vio muy participativo a Jorge Macri, el flamante ministro de Gobierno porteño cuya llegada entusiasma a Rodríguez Larreta por su experiencia y “volumen político”, pero que despertó crecientes recelos en el tradicional equipo larretista.