Una encuesta del espacio “Mujeres Que No Fueron Tapa” puso números y voz a una realidad oculta: el padecimiento que viven muchas mujeres al maternar. Los mandatos, las creencias populares, la carga mental y económica aparecieron en los testimonios, reflejando que el amor a los hijos es real, pero la maternidad impacta con ferocidad en el día a día de las argentinas.
Carolina Mitriani
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El espacio de debate sobre cuestiones que engloban a las mujeres y diversidades de género, denominado “Mujeres que no fueron tapa” en redes sociales, convoca desde hace ya varias semanas a cuestionarse las imposiciones sociales que estos colectivos padecen. Un tópico surgido de lo global fue el deseo a la maternidad. Los miles de testimonios no tardaron más que segundos para empezar a aparecer desde todo el país y algunos puntos del exterior. Surgió una gran conversación en torno a la maternidad, la presión para ser madres, el reloj biológico y el uso del tiempo.
Deseo en jaque
“Llegaron miles de testimonios que cuentan historias de desigualdad, extenuación, cansancio, y también arrepentimiento. Madres que maternan solas porque sus parejas desaparecieron, y no aportan al sustento de sus hijes (sic). Madres que no maternan solas pero es como si lo hicieran. Trabajo fuera del hogar, trabajo dentro del hogar, carga mental. También llegaron las historias de las mujeres que desean no ser madres –sí, el deseo de no maternar también es un deseo y existe– y que no se arrepienten”, cuenta Lala Pasquinelli, creadora y coordinadora de MQNFT.
Al mismo tiempo, en esta movilización virtual se escucha a quienes no quieren ser madres o no quieren serlo de nuevo. “Cuentan que cuando van en busca de métodos anticonceptivos de largo plazo o quieren hacerse una ligadura de trompa se encuentran con el famoso ‘No, porque te podés arrepentir’. Esa misma e idéntica frase que escuchan las que se animan a decir que desean no ser madres: ‘Sos muy joven, te vas a arrepentir’”.
La carga puertas adentro
Una de las conclusiones colectivas a la que llega este movimiento es que las mujeres que pretenden decidir sobre la maternidad por fuera del mandato son infantilizadas, como si no pudieran responsabilizarse de lo que deciden. “Frente al deseo de no ser madres lo que nos encontramos siempre es la amenaza del arrepentimiento. Arrepentirnos de no ser madres… Parece que el arrepentimiento solo está de ese lado. ¿No hay madres arrepentidas?”, cuestionan.
Desde MQNFT comprenden que hablar sobre esto “es una conversación muy difícil para quienes tienen hijes. Decir que te arrepentís es doloroso, da culpa, pero también es doloroso tener esas emociones y reflexiones y no poder expresarlas porque inmediatamente te convertís en un monstruo social”.
Ya es sabido por la comunidad feminista que este espacio resulta siempre de encuentro, reflexión y no de juzgamiento; lo que ocasiona un efecto dominó entre las usuarias, que muchas veces cuentan padecimientos por primera vez y logran así liberarse de cargas impuestas. “Necesitamos seguir poniendo en cuestión los mandatos y sus consecuencias en nuestras vidas. Necesitamos hablar de lo que nos pasa y sentimos. Si podemos hablar de arrepentimiento, vamos a poder hablar de los motivos de ese arrepentimiento y darnos cuenta de que no tienen que ver quizás con el hecho de tener hijes, sino con las condiciones en las que las maternidades se viven y atraviesan en este sistema político, económico y social”, analiza Pasquinelli.
Encuesta
Además de dar el espacio para compartir sus historias anónimamente, “Mujeres que no fueron tapa” realizó una encuesta, dando por sentado que todas las que contestan aman a sus hijos e hijas, sin juzgar sus respuestas. La pregunta central es si se arrepentían en algún grado o medida de la maternidad. Fue respondida por más de 10.000 mujeres, de entre 18 y más de 65 años, de las cuales el 52,1% son madres y el 42,9 % restante, no.
“Crecimos con el discurso de que si no tenés hijes, te vas a arrepentir, ¿pero es verdad que las mujeres no se arrepienten de no ser madres?”, señaló la primera pregunta. En ese sentido, el 74,4% de las madres se arrepienten en algún grado o medida de serlo; el 4,2% de las no madres se arrepienten de no serlo.
En cuanto a de qué se arrepienten las madres y cuánto, los resultados arrojaron que solo el 25% no se arrepiente de nada, mientras que el 1,8% todos los días se arrepiente de haber tenido hijos e hijas, el 6,7% con frecuencia y el 16,8% a veces. Por otra parte, el 49,7% solo se arrepiente de las tareas que implica maternar.
Por qué
Dentro de las explicaciones de por qué se arrepienten, las respuestas surgidas son: les resulta agotador física y mentalmente, es demasiado trabajo y sienten que perdieron su libertad, no creyeron que iba a ser tan difícil, pensaron que la crianza iba a ser compartida, les cambió el cuerpo, empeoraron sus relaciones de pareja, no eran sus deseos, sienten que arruinaron sus planes de vida.
En cuanto a las mujeres que no desean maternar, los principales motivos son: no quieren perder su libertad, no quieren tener la responsabilidad de criar, ven a otras mujeres maternar y no quieren eso para ellas, y no quieren traer a otro ser humano al mundo en este contexto de crisis climática y ambiental.